Con gran expectación se desarrolla en Osorno el juicio en contra de un joven sindicado como el autor de las violaciones reiteradas en contra de su propia hermana desde que ésta tenía 8 años. Vejaciones que además el sujeto grabó y fotografió con un celular.

Conforme a lo relatado por el fiscal que lleva la causa, Guillermo Cáceres, el hecho quedó al descubierto en 2015 cuando la tía del imputado revisó su celular, percatándose que su sobrino -en ese entonces de 16- había dejado inserta una tarjeta de memoria. Al ser revisada, evidenció una grabación de la violación y fotografías del mismo hecho, por lo que lo denunció.

Se trata del propio hermano quien inició las vejaciones en la ciudad de Osorno, continuándolas en Puerto Montt, donde se había trasladado la familia a vivir. Hechos que la niña jamás contó por miedo y por todo el conflicto familiar que significaba que su propio hermano la violara. A juicio del persecutor, son dos delitos graves los que se configurarían en este caso.

Si bien la situación quedó al descubierto a partir del registro audiovisual, dijo el persecutor, como Fiscalía han acusado ultrajes reiterados sustentados en los análisis desarrollados por el Servicio Médico Legal, los cuales dan cuenta que la niña -hoy de 10 años- mantenía lesiones propias de las violaciones.

Considerando que acusaron al joven por violación reiterada impropia, están solicitando una pena de 10 años de internación en régimen cerrado en un centro de Sename, mientras que por el delito de producción de material pornográfico infantil, piden una condena de 3 años en régimen semicerrado, sujeto a programa de reinserción social.

El imputado durante su declaración en el juicio reconoció el ultraje, pero como un hecho único ocurrido en la capital regional de Los Lagos, versión que sería contrastada con el informe sexológico emitido por el Servicio Médico Legal.

Asimismo, reconoce haber grabado y fotografiado las vejaciones, lo que a juicio de la Fiscalía sólo es un reconocimiento formal, ya que un tatuaje lo delata.