El peritaje bioquímico que realizó la PDI no registró ningún rastro genético en los tres autos que fueron sustraídos a las profesoras de la Escuela Santa Rosa de Ancapi Ñancucheo, momentos antes del asesinato de Camilo Catrillanca.

Según consigna El Mercurio, el análisis genético del Laboratorio de Criminalística (Lacrim) de la Policía de Investigaciones -dados a conocer en un informe clave para la investigación- arrojó que “no se encontraron restos de sangre humana en la palanca de cambio, asiento conductor, espejo retrovisor y manubrio” en los tres automóviles: un Chevrolet Sail, un Nissan March y un todoterreno Great Wall.

A esto se suma que la muestra levantada en el asiento del conductor en este último vehículo “corresponde a una mezcla de más de tres individuos”, la que “la que presenta efecto estocástico, es decir, pérdida de información genética, no interpretable según los datos de validación de nuestro laboratorio”, se detalla en el documento de la policía civil.

En el mismo texto, la PDI precisa que todo el material genético “se consumió en las pruebas realizadas”, pero que “las pericias de ADN del presente informe pueden ser incorporadas al juicio oral mediante la sola presentación del informe respectivo”.

La idea de buscar sangre en los tres automóvil se da luego de que los primeros peritajes a las huellas dactilares fueran no concluyentes, por lo que este sería un nuevo revés para la investigación, pues no se ha podido determinar quiénes sustrajeron los automóviles de las docentes.

Ahora se espera que el fiscal Enrique Vásquez repita el sobrevuelo por la zona que realizó Carabineros el día de la muerte de Catrillanca, para “corroborar los testimonios entregados por los pilotos policiales”, sentencia el matutino nacional.