Los subcontratistas afectados por el cierre de la constructora CIAL, llegaron hasta la intendencia de La Araucanía para abordar los pasos a seguir tras el quiebre de la empresa.

En total son cerca de 30 personas que prestaban servicios a CIAL, los que también debieron despedir personas producto de dicha situación.

El quiebre de la empresa dejó a 1.200 personas sin trabajo, luego de 38 años de funcionamiento.

Las 5 obras que realizaba a través del Gobierno quedaron paralizadas, sin embargo, desde el Ejecutivo se comprometieron a pagar a los trabajadores que se desempeñaron en dichas faenas.

Durante el anuncio de cierre del propietario de la constructora, Alejandro Becker, dijo que la decisión se tomó ya que no tendría dinero para pagarle a los trabajadores, contratistas y proveedores.

También mencionó que el MOP le debería dineros por algunas obras, sin embargo, desde la cartera de Gobierno fueron categóricos en señalar que no mantienen deudas.