El Tribunal Oral en lo penal de Temuco declaró culpable a dos de los cuatro imputados por el brutal asesinato de un niño de 13 años, hecho ocurrido en Temuco a fines de 2016.

Los jueces de la Segunda Sala del Tribunal Oral de Temuco resolvieron declarar culpable al acusado Pablo Antonio Morales Correa, del delito de sustracción de menor con homicidio. En tanto, Abraham Héctor Bravo Palma fue condenado por lesiones menos graves, ambos hechos cometidos en contra del menor Alan Abraham Peña Aguilera.

Los hechos se registraron en diciembre de 2016 en el macrosector de Pedro de Valdivia de Temuco, y quedaron al descubierto cuando personal de Carabineros encontró el cuerpo del niño de 13 años, el cual estaba debajo de la cama y envuelto en un cobertor. Además, encontraron un colchón ensangrentado, junto al cual había un cinturón y un martillo.

Según se dio a conocer, este brutal crimen habría sido cometido por los padres de una menor -con la ayuda de otras dos personas- en venganza, ya que que presuntamente la niña habría sido abusada sexualemente por Alan Peña, lo que finalmente fue descartado por la justicia.

El fiscal Ítalo Ortega, precisó que si bien acatan, no comparten la decisión de los jueces que además absolvieron a otros dos acusados, Víctor Chanqueo, propietario de la casa en la que ocurrió el asesinato y Johana Mora, pareja del condenado Morales Correa.

En el caso de Morales Correa, la Fiscalía pide se le condene a cumplir presidio perpetuo calificado. Mientras que para el coacusado Bravo Palma piden 300 días, los que en todo caso ya se le dieron por cumplidos por el tiempo que estuvo recluido por esta causa .

La sentencia para ambos condenados será informada en una audiencia el próximo sábado 9 de junio a las 12:00 horas.

La vida en la calle

Alan Peña
Alan Peña

Alan Peña era conocido por vender calendarios. De hecho esta actividad la realizaba junto a Víctor Chanqueo, de 18 años, quien vivía en el sector Pedro de Valdivia, a unos 30 metros de la vivienda de los agresores.

Incluso, Alan se quedaba a dormir en la casa de Chanqueo cuando se escapaba del Sename.

La mujer declaró haber escuchado a sus hijas de cinco y seis años refiriéndose a un abuso de Alan, por lo que la mujer revisó e interrogó a la menor. Asimismo ella aseguró ver ronchas en sus genitales, sumado al ojo morado que tenía, lo que la hizo suponer lo peor.

La venganza

La madre de la pequeña presuntamente abusada por Alan, le contó a su jefa que su hija había sido violada por un adolescente. Le aseguró que no realizaría la denuncia a Carabineros pues desconfiaba que se hiciera justicia al tratarse de un niño de 13 años.

Ante esta situación la mujer recibió facilidades para ir a su casa y revisar cómo estaba su hija, instancia que aprovechó para llevarla a un centro asistencial. Un colega, Abraham Bravo, la trasladó a su domicilio, y una vez que llegaron a la Villa San Eugenio él relató que vio a la pequeña de cinco años acostada con un ojo morado.

De hecho, fue en ese momento cuando, según los datos policiales y el testimonio de Bravo, apareció el padre de la niña diciendo ‘al huevón lo tengo amarrado en la otra casa’”.

La pareja llevó a Bravo a la casa de Chanqueo. Sin embargo, tras ver a Alan amarrado salió rápidamente de la vivienda para hacer la denuncia en Carabineros. Según antecedentes de la investigación, en ese momento lo llamó la madre de la menor y le señaló textual: “el cabro chico ya era”, por lo que le solicitó ayuda.

Más tarde personal de Carabineros encontró el cuerpo de Alan.

Sus últimas horas de vida

Por alrededor de 12 horas Alan habría sido torturado a golpes, incluso de martillo. Una de las hipótesis que se sostienen es que el trastorno bipolar que padecía, hizo que se mostrara indiferente a los golpes que recibía, o que no exteriorizara el dolor, por lo que los padres de la niña habrían respondido con más violencia a este comportamiento.

Finalmente Alan murió asfixiado. Los agresores primero lo intentaron con una bolsa y luego con una almohada.

Los 4 detenidos se mantuvieron en prisión preventiva durante el proceso judicial.

Lo concreto es que el informe arrojó que la niña no fue violada, sin embargo aún se indagan otros tipos de abuso de los que pudo haber sido víctima. El abuelo de Alan dijo en su funeral que “para nosotros, la impresión mejor es que el niño quedó absuelto, que no había cometido ningún delito y fue inocentemente sacrificado”.

Al principio de la investigación, se informó que Alan Peña recibía medicación por ser Asperger, sin embargo se determinó que el diagnóstico fue erróneo, ya que el adolescente tenía trastorno bipolar, por lo que no recibió tratamiento adecuado en su momento