Este lunes se confirmó la muerte del bombero, Pablo Dubó, joven de 31 años, que quedó en situación de discapacidad luego de ser víctima de un violento asalto el 2011 en la región de Coquimbo.

En 2011 se desempeñaba como bombero en el servicentro Copec, ubicado a la entrada de Las Compañías, donde recibió el disparo que le cambió la vida.

Fueron tres delincuentes que llegaron hasta la bencinera para efectuar el robo. En el lugar, uno de ellos baleó a Dubó en la espalda y la nuca, utilizando una escopeta de fabricación artesanal, lo que le causó un daño de salud irreversible.

Según confirmaron sus familiares, Pablo dejó de existir tras vivir largos años de lucha.

En el caso sólo hubo un detenido, que era menor de 14 años y fue reconocido por testigos.

En una primera instancia fue imputado por robo con intimidación y luego fue reformalizado por homicidio frustrado, siendo declarado culpable y recibiendo una sentencia de tres años y un día de régimen semicerrado.

Los demás involucrados en la tragedia nunca recibieron castigo. En la oportunidad, Jaime Cortés, tío del muchacho que en ese entonces tenía 24 años, confesó a nuestro medio sentirse “defraudado”.

“No entiendo por qué nunca obligaron al agresor a decir quiénes más participaron con él. Porque fueron en total tres los delincuentes”, señaló en aquella ocasión.