Durante ocho horas tuvimos la oportunidad de navegar en el Buque científico de la armada, sin duda una gran experiencia, imposible de olvidar.

El reloj marcaba las 8.30 de la mañana y el Buque Cabo de Hornos comenzaba a zarpar, el vaivén constante del mar nos daba la bienvenida. Ya estábamos dentro de la embarcación y no podíamos echar pie atrás en nuestro viaje. Coquimbo comenzaba a despedirse lentamente, las aves marinas desfilaban frente a los lentes de las cámaras de periodistas que habían decidido embarcarse.

La historia del Buque AGS61, Cabo de Hornos, nombrado así por la ruta de navegación más famosa de Chile, comienza en el año 2008, está hecha para uso civil y tuvo un costo de $67.5 millones de dólares. Se mandó a construir a la empresa noruega SKIPSTEKNIKS, la cual tiene experiencias en construcción de embarcaciones desde 1976, ellos crearon el diseño pero terminó por concretarlo la empresa del Estado de Chile, pero con administración autónoma, ASMAR, la que trabaja desde 1895 y han efectuado proyectos de reparación y modernización de naves de armadas de otros países como: Argentina, Colombia, Ecuador, Francia, entre otros.

Daños en el 27F

El 26 de febrero del año 2010 en Talcahuano, se alistaban los últimos detalles para la tradicional ceremonia de bautizo de la nave, la presidenta Michelle Bachelet, designada como madrina, era la encargada de dirigir el rito. Pero al día siguiente todo cambió rotundamente, alrededor de las tres de la madrugada un terremoto y posterior tsunami sacudió las costas del país. El paisaje era devastador; casas destruidas, personas buscando a sus familiares, y la huella de todo lo que arrasó la marea. A 400 metros de su sitio original, quedó varada la embarcación AGS61, ésta había sufrido daños importantes y al igual que todos los que vivieron el fenómeno natural, tuvo que empezar su periodo de reconstrucción.

Aproximadamente un año estuvo en reparación, periodo que bastó para dejarlo 100% operativo para navegar. El Buque Cabo de Hornos, reemplazó a la embarcación Vidal Gormaz, que Chile compró usado a EE.UU en 1992, pero que fue construido en 1965 y actualmente se encuentra obsoleto, pero están tratando de extender su vida útil.

Camila López | BBCL
Camila López | BBCL

Buque para la investigación científica

Dentro de las características del Buque científico Cabo de Hornos, es que es uno de los cinco más modernos de su tipo, cuenta con 4 áreas de investigación; oceanógrafa, hidrográfica, pesquera y recuperación de boyas de investigación (para alertas y detección de tsunamis). Además, posee zonas de laboratorios, y pesca de arrastre para investigación. Gracias a su tecnología es una embarcación silenciosa que permite presenciar a 20 mtrs los cardúmenes de peces sin que el ruido los asuste. Y tiene una capacidad para llevar 25 científicos, además de las 41 personas pertenecientes a la Armada de Chile, que son los encargados de operar la nave. Los estudios e investigaciones que allí se realizan están relacionados con los fenómenos climáticos, interacción de los océanos, y oceanografía geológica.

Bajo ese contexto y el equipamiento del buque, es que éste navegó por las costa de la región de Coquimbo mientras se desarrolla el Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas, IMPAC 4. En el evento, prensa y científicos invitado pudieron comprobar los atributos de la embarcación, la cual entrega información sobre el estado de la fauna que habitan en el Pacífico, como el estado de explotación de las costas de norte Chico.

Camila López | BBCL
Camila López | BBCL

El tiempo se siente distinto en el mar, los segundos pasan lentamente, se escucha el sonido del viento y las olas cuando pegaban en la embarcación. Los marinos transitaban con calma y nos preguntaban cómo nos sentíamos, una palidez extrema nos delataba, en ese momento la poca costumbre de navegar era la causa de nuestros problemas, así que respondimos estamos un poco mareadas, pero sinceramente somos de tierra, las risas llenaron los silenciosos pasillos, el reloj marcaba las 17.30 y por fin habíamos llegado.