A casi un año del feroz incendio forestal que atacó al cerro Divisadero en Coyhaique, 14,5 hectáreas son atendidas para mitigar los riesgos de un nuevo fuego en la zona que todavía está tratando de sobrevivir a los violentos estragos de las llamas.

Las labores están dedicadas a la protección de la población, ubicada a menos de 100 metros de las faldas de uno de los macizos más representativos de la capital de la Región de Aysén.

Esta tarea es llevada por organismos competentes, tanto públicos como privados, de la mesa de recuperación del cerro, quienes brindaron información del estado actual del altozano, acompañados por el gobernador de Coyhaique, Cristián López, junto al director de Onemi, Sidi Bravo y el director regional (s) de Conaf, Marcelo Dörner.

“Se ha realizado un trabajo con la comunidad donde hoy estamos viendo los resultados, aquí podemos apreciar una zona de contención de potenciales remociones en masa o desprendimiento de tierra, sumado al cortafuegos que cumple la doble función y un trabajo que se hace con el cuerpo militar en la zona alta”, señaló el gobernador, destacando que las 14,5 las hectáreas que atienden con mayor urgencia son potencialmente riesgosas para la población adyacente.

Las autoridades explicaron que se espera que los trabajos se extiendan a dos semanas más para que la zona peligrosa cuente en su mayoría con las fajinas ya construidas para que en la temporada de abril – mayo, se puedan iniciar un proceso de siembra y plantación de arbustos y herbacias.

En el operativo también cuenta con presencia del Ejército, quienes con dos baterías de 15 soldados conscriptos, 2 hombres de planta y 1 enfermero de combate, junto al personal de Conaf, realizan la construcción de fajinas en la zona alta del cerro.

En este sentido, las autoridades recordaron que hacer fuego en estos espacios naturales es un delito, recalcando que solo se debe cocinar y acampar en lugares permitidos, pues el 99% de incendios forestales son provocados por la acción humana, tanto intencional como por descuido.