Tras la sesión extraordinaria del Concejo Municipal de Calama realizada este martes, la ciudad se quedará sin el tradicional cierre de la festividad “Esperando el Año Nuevo”, ya que los concejales rechazaron comprar fuegos artificiales.

La sesión, que sólo abordaría la adquisición de los fuegos -que tienen un costo de 30 millones de pesos– y que fue convocada por el alcalde Daniel Pérez, tuvo un duro revés ya que cuatro concejales se negaron a realizar la adquisición.

Y si bien desde el municipio se cierra la puerta para la ya típica celebración, aún queda una opción: que el alcalde consiga el financiamiento gracias a empresas privadas.

De lo contrario, la ciudad de Calama no contará con fuegos artificiales para recibir el 2018.