La idea de que el diputado Felipe Ward compita contra su par, Jaime Bellolio, como candidato para presidir la UDI, en las elecciones internas de noviembre de este año, toma fuerza.

Un grupo de diez diputados gremialistas, entre ellos, Ignacio Urrutia, Gustavo Hasbún, Marisol Turres, entre otros, elaboró un documento que plasma hacia donde quieren que vaya el partido. Ideas, que a su juicio, representa Ward.

El texto que accedió Radio Bío Bío señala que “la UDI es un partido que nace bajo el compromiso de albergar distintas visiones, bajo la sólida defensa de los principios de la libertad, la inspiración cristiana y la defensa de los más necesitados. Esos principios requieren de todos los militantes y en este proyecto nadie sobra”.

Además agrega que “la batalla fabricada por algunos, en la que han querido enfrentar generaciones dentro del partido, no tiene hoy sentido práctico en el proyecto de futuro que enfrenta la UDI. Creemos también que no es necesario iniciar un ejercicio refundacional en materia de principios. El proyecto político está más vigente que nunca”.

Urrutia sostuvo que el documento es una hoja de ruta para la colectividad, que Ward es quien los representa y que lo apoyará hasta el final.

El diputado gremialista insistió en que Ward tiene intenciones de presidir el partido y que así se los ha manifestado.

Su par, Marisol Turres, agregó que Ward es su candidato, ya que es la persona que, a su parecer, puede aunar todos las diferentes visiones que hay en la UDI.

El documento es el primer paso de los diputados adherentes a Ward para proclamarlo, ya que buscan que haya una confirmación oficial por parte del diputado, ya que, hasta ahora, solo ha dejado abierta la posibilidad. No obstante, sus cercanos aseguraron, que ha sostenido conversaciones y reuniones al respecto.

El último encuentro fue el martes pasado en la cafetería del Congreso, instancia donde se acordó buscar más adherentes a su proyecto político.

Además de Ward y Bellolio, otros de los nombres que suenan para presidir el gremialismo son la senadora Jacqueline Van Rysselbergue y el alcalde de Las Condes, Francisco De la Maza.

A continuación revisa lo que menciona el documento que prepararon los diputados gremialistas:

La UDI es un partido que nace bajo el compromiso de albergar distintas visiones, bajo la sólida defensa de los principios de la libertad, la inspiración cristiana y la defensa de los más necesitados. Esos principios requieren de todos los militantes de la UDI y en este proyecto nadie sobra.

Comprendemos que hay quienes tienen una determinada postura respecto de los logros económicos y sociales perpetrados antes de la recuperación de la democracia en Chile y entendemos, asimismo, que hay quienes tienen una visión del todo crítica respecto a lo ocurrido durante ciertos periodos en el país, pero mantenemos la convicción de que ambos mundos, que hoy conviven en la UDI, merecen, tienen y tendrán un espacio en este proyecto político. Ninguno sobra en la UDI y no hay razones para excluir a nadie.

La batalla fabricada por algunos, en la que han querido enfrentar generaciones dentro del partido, no tiene hoy sentido práctico en el proyecto de futuro que enfrenta la UDI. El país les pide unidad a los políticos y nosotros le ofrecemos unidad a la militancia del partido. A todos. Los principios fundacionales de la UDI no se sostienen en la superioridad moral de quienes los redactaron, sino en la fuerza que imprime la defensa que día a día hacen de ellos, todos los militantes del partido. Nadie está en este proyecto por encima del otro. El más humilde militante del último rincón del país, merece y tiene el mismo espacio en el proyecto político de futuro de la UDI.

Creemos también que no es necesario iniciar un ejercicio refundacional en materia de principios. El proyecto político de la UDI está más vigente que nunca; no obstante, comprendemos que el país ha cambiado y que se requieren nuevas aproximaciones en diversas materias, bajo el propósito de volver a conectarnos con la ciudadanía. Tiempo atrás, le ofrecimos un cambio al país y ese mismo cambio se requiere hoy en el partido para volver a imprimir energía en el sello fundacional que distinguió a la UDI del resto de los partidos.

El alma del servicio público está en las poblaciones. El lugar de trabajo de cada militante del partido está en la calle, en las sedes poblacionales y en definitiva donde la pobreza y la desigualdad aún no hayan sido erradicadas. El militante de la UDI en campaña debe gastar menos recursos en propaganda e invertir más tiempo con la gente a la que nos debemos. Tal y como lo ha dicho el presidente del partido, el llamado es a gastar más en suelas de zapato, recorriendo las poblaciones.

En función de las nuevas necesidades que percibimos en un país cuya población y cuyos requerimientos han cambiado, proponemos el estudio de ciertas materias que nos parecen urgentes. La UDI debe seguir siendo el partido que representa hoy a la oposición social y que aspira a llegar al gobierno con uno de los suyos o apoyando, en subsidio, a la persona miembro del conglomerado que mejor represente nuestro proyecto y que mejores posibilidades de derribar a la izquierda tenga.

La UDI debe ser el partido político que represente a quienes hoy se sienten oprimidos por un Estado que crece y que le exige más impuestos a sus ciudadanos. Debemos defender una menor y más eficiente carga impositiva. Los altos impuestos que pagan los chilenos ahogan el emprendimiento que declaramos defender. Por otra parte, la defensa de la vida no debe tener matices en nuestro discurso. Forma parte de nuestra declaración fundacional y eso no debe cambiar.

La política no se ajusta por sí sola como lo hace economía, menos aún en los tiempos que corren. Es estrictamente necesario abordar el sistema de jubilaciones, ya que no hay análisis que resista el nivel de pensiones que las AFP están pagando. Por lo pronto, sabemos que es fácil en este tema tan sensible caer en populismos y llevar al país a situaciones tan precarias como la de España y Grecia, con sistemas de jubilación que no resisten en el tiempo y que terminan llevando más pobreza a todo un pueblo, pero con la misma fuerza creemos que realizando las modificaciones legales necesarias, deberíamos aspirar en el menor tiempo posible a jubilaciones no inferiores al sueldo mínimo.

La seguridad de las familias se ha vuelto una de las principales preocupaciones de los chilenos, cada vez con más frecuencia las casas se enrejan y se transforman en verdaderas mini cárceles familiares, mientras los delincuentes vuelven a las calles a las pocas horas de haber sido apresados por las policías o son dejados en libertad por “buena conducta”, traspasando a las familias una sensación de impotencia, frustración y muy poca confianza en nuestra Administración de Justicia. Quizás ya es tiempo revisar, por ejemplo, la Ley de Responsabilidad Juvenil y un nuevo catálogo de delitos y penas. Debemos aumentar no solamente las penas, sino que también las probabilidades de condena.

La educación ha sido tomada y abusada por los sectores de izquierda. Nuestra premisa es que nadie con mérito académico puede quedar fuera de la educación

superior, universitaria, técnica o profesional, pero nunca estaremos de acuerdo en financiar los estudios de las familias adineradas del país. Esos recursos que la izquierda demagógica y hábilmente ha usado con fines populistas deben ser focalizados en otras necesidades, tanto o más importantes que la educación, por ejemplo salud, donde falta infraestructura, especialistas, modernización sustancial en los sistemas de atención primaria, pero por sobre todo dignidad hacia los enfermos.

Respecto del medio ambiente, deben coexistir normas ambientales modernas en relación al desarrollo del país, por lo que se debe revisar el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y formar una nueva conciencia colectiva a raíz del cambio climático, así como fortalecer la institucionalidad ambiental; la energía es fundamental para el desarrollo del país, en este punto no hay dos opiniones, si queremos proyectarnos para salir del subdesarrollo, requerimos de una matriz energética acorde a las necesidades, pero ella debe ser limpia y barata, y para ello requerimos de una institucionalidad sólida, ya que la energía tiene un rol social no considerado hace una década y la fuerza de las circunstancias nos lleva a colocar como prioridad el abordar de manera moderna esta materia.

En materia de generación interna de autoridades, se debe fortalecer el proceso de elección de candidatos de manera abierta y transparente. La ciudadanía demanda estándares distintos, personas distintas y estilos nuevos y más cercanos.

Consideramos trascendental que los procesos sean democráticos y abiertos a nuevas personas, de forma que en la UDI demos espacio a quienes buscan aportar en política.

La buena gestión de los militantes y dirigentes sin duda debe ser reconocida pero nadie es irremplazable.