El candidato presidencial independiente, Harold Mayne-Nicholls, propuso revisar “el beneficio de la irreprochable conducta anterior“, al abordar la delincuencia y el crimen organizado en el país.

En entrevista con nuestro medio asociado Diario El Día, y durante su visita a la región de Coquimbo, el aspirante se refirió al estado de su campaña, sus ejes programáticos y su visión sobre la seguridad, política y el futuro de Chile.

Entrevista a Harold Mayne-Nicholls

—¿En qué se encuentra su campaña? ¿Le preocupan las bajas cifras en las encuestas?

Nuestra campaña está en la fase final, como la de todos. Hemos recorrido gran parte del país: esta es la séptima región que visitamos desde el 17 de septiembre. Estamos conversando con la gente, entendiendo sus necesidades y recibiendo mucho respeto. En la calle sentimos algo muy distinto a lo que muestran las encuestas: no hay rechazo, nadie nos agrede, no necesitamos escolta. Es difícil comprender ese mundo de los números cuando la realidad es tan diferente.

—Su lema es “Escuchar, unir, servir”. ¿Basta con eso para abordar temas tan complejos como seguridad, salud, educación y vivienda?

El lema refleja nuestra misión, pero los objetivos son concretos. El primero es la seguridad en todo sentido: pública, ciudadana y social. El segundo es la educación, porque es la única manera de reducir las brechas sociales. El tercero es la salud, donde debemos enfrentar las listas de espera, el alto costo de los medicamentos y graves problemas como la obesidad y las enfermedades mentales. Chile está entre los cinco países con mayor tasa de suicidio infantil, y eso no puede dejarnos indiferentes. El cuarto eje es la economía, con el plan ‘Desatar el crecimiento’, enfocado en eliminar la ‘permisología’ que frena proyectos. Finalmente, la vivienda, que se descontroló completamente. Es una necesidad básica que debemos abordar con urgencia.

—¿Cómo enfrentará la delincuencia y el crimen organizado que incluso ha penetrado instituciones del Estado?

Con tolerancia cero, como se aplicó en Nueva York. Son solo dos palabras, pero significan mucho. No hay matices: quien comete delitos debe responder ante la justicia.

—¿Al estilo Kast o al estilo Harold Mayne-Nicholls?

No hay estilos en la justicia. Las leyes existen y hay que respetarlas. Lo que sí debemos revisar es el beneficio de la irreprochable conducta anterior, que reduce penas a quienes ya delinquieron. Quien nunca ha cometido un delito jamás lo usa; es un beneficio solo para delincuentes, y eso no es justo ni sano. Debe revisarse profundamente.

“Nunca he competido para ‘perder por poco"”

—Si no pasa a segunda vuelta, ¿a quién apoyará?

Esa pregunta tiene trampa (ríe). Si contesto, se interpretará como que mi candidatura es testimonial. No es así. Nuestro objetivo es ganar: en primera vuelta, obtener un voto más que el tercero y, en segunda (vuelta), uno más que el segundo. No trabajamos para perder.

—¿Entonces, si no es usted, no es nadie?

Como candidato, claro que quiero ganar. Nunca he competido para perder ‘por poco’. En todo lo que he hecho en mi vida, busco ganar, y en eso estamos.

—¿Cree que el no tener una carrera política le juega en contra?

Si fuera así, ya está, porque no voy a inventar una carrera política ahora. Pero ahí hay una contradicción: las encuestas muestran que la gente rechaza a los políticos, entonces ¿cómo se entiende que a alguien sin carrera política eso le perjudique? No tiene mucha lógica.

—¿Entonces usted estaría punteando, según esa lógica?

(Ríe) Es difícil entender el mundo de las encuestas o el de la opinión pública, a veces no cuadran. Esperemos al 16 de noviembre y veremos.

“La figura presidencial debe respetarse”

—¿Siente rechazo hacia los políticos?

No, rechazo a quienes usan la política para servirse a sí mismos y no al país. Los partidos y los políticos son necesarios, pero solo si actúan bajo el principio que guía nuestra campaña: ‘escuchar, unir y servir’. De lo contrario, la política pierde sentido.

—José Antonio Kast dijo que el Presidente Boric es “cobarde y corrupto”. ¿Comparte esa visión?

Escuché esa frase, pero jamás trataría al Presidente de la República de esa manera. No me parece respetuoso ni un ejemplo para el país. Uno puede estar molesto o en desacuerdo, pero la institucionalidad y la figura presidencial deben respetarse. Lo elegimos democráticamente y eso hay que honrarlo.

—¿Qué le ha parecido la Región de Coquimbo en sus recorridos?

He seguido con atención lo que ocurre en La Serena y Coquimbo. Allí conviven tres autoridades de distintas tendencias: la alcaldesa de La Serena, de RN; el alcalde de Coquimbo, independiente de raíces socialistas; y el gobernador, de Evópoli. Sin embargo, trabajan juntos, dialogan y logran acuerdos. Eso es valioso y debería replicarse en todo Chile. Lo mismo sucede en comunas como Illapel, Salamanca o Los Vilos, donde también hay colaboración entre sectores diversos. Esa capacidad de consenso demuestra que sí es posible construir país desde el diálogo, más allá de las diferencias. Y eso es justamente lo que Chile necesita.