Sigue avanzando la votación en particular de la reforma tributaria, aprobando la desintegración del sistema entre personas y empresas, y manteniendo un compromiso del gobierno sobre las utilidades retenidas. La oposición votó a favor en algunas de estas indicaciones, pero fuerzas cercanas al gobierno reconocen que lo más conflictivo está por venir: la creación del impuesto al patrimonio.

La Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputadas y Diputados comenzó a votar un nuevo capítulo de la reforma tributaria, aprobando la desintegración del sistema tributario.

Esto se refiere a que el sistema dejará de ser semi integrado entre el impuesto que se cobra a las personas y a las empresas, y ahora podrá hacerse ese cobro por separado, aumentando así la tributación.

El diputado UDI, Guillermo Ramírez, dice que este es un incumplimiento de dos promesas de gobierno, ya que se aumentará indirectamente la carga a las empresas y el sistema será “astronómicamente” complicado.

El diputado de RN, Miguel Mellado, votó a favor de la propuesta, valorando que esto solo regirá para los socios y empresas por sobre las 75 mil Unidades de Fomento.

El parlamentario también advirtió que el Gobierno hizo un compromiso para el funcionamiento de las utilidades retenidas.

Impuesto al patrimonio

El diputado PPD, Raúl Soto, valoró este avance en “justicia tributaria”, aunque auguró que a la vuelta de la semana distrital se viene uno de los debates más complejos: La creación del impuesto al patrimonio.

“(…) Ahora se vienen elementos muy importantes también, y que probablemente tienen una mayor conflictividad política e ideológica, como es el impuesto al patrimonio”, indicó el legislador.

En específico, quienes mantendrán un sistema integrado como sigue siendo hoy, serán las empresas que tengan una facturación anual menor a las 75 mil UF.