"Ellos tienen todo el derecho a fiscalizar, para eso existe el Congreso. Pero la decisión del Gobierno no ha sido fácil", dicen desde Convergencia Social. Desde el Partido Comunista, en tanto, acusaron un "abuso del instrumento".

La idea de Chile Vamos de interpelar a los ministros de Educación, Marco Antonio Ávila; y de Salud, María Begoña Yarza; para que “rindan cuentas” cayó mal en el oficialismo y Apruebo Dignidad salió con todo a criticar.

La determinación de la oposición finalmente se volvió una realidad cuando ambas carteras anunciaron el adelanto y la extensión de las vacaciones escolares de invierno, a modo de enfrentar la alta circulación de virus respiratorios.

“Ellos tienen todo el derecho a fiscalizar, para eso existe el Congreso. Pero la decisión del Gobierno no ha sido fácil”, dijo por ejemplo Diego Ibáñez, diputado de Convergencia Social.

“Entre las alzas de contagios, el estrés de la comunidad educativa, se actúa de forma preventiva y ahora lo que corresponde es tratar de resguardar el trabajo de cuidados con propuestas que beneficien a la mayoría de las familias”, agregó.

Por otra parte la diputada Emilia Schneider (Comunes) aseguró que cree que se trata más de un golpe político que de velar por el bien de las personas.

Desde el Partido Comunista la postura fue parecida.

Así, la diputada Alejandra Placencia tildó el anuncio de interpelar a ambos jefes de cartera como “una medida que más bien intenta crear un ambiente adverso ante las definiciones del Gobierno”.

“Hay un abuso del instrumento y nos saca a los parlamentarios de lo central, que es legislar”, lanzó.

Cuando el actual oficialismo era oposición impulsó una acusación constitucional contra el exministro de Educación, Raúl Figueroa, pero la idea se cayó en la Cámara.