Un duro encontrón protagonizaron las diputadas María Luisa Cordero y su colega Maite Orsini, durante la discusión del proyecto para sancionar el acoso sexual al interior de Bomberos de Chile.

El miércoles se discutió el proyecto que modifica la ley marco de Bomberos, para incluir y sancionar el acoso sexual y delitos relacionados.

No obstante, el debate estuvo marcado por un duro “encontrón” que protagonizaron las diputadas María Luisa Cordero y su colega Maite Orsini, autora del proyecto.

De acuerdo a la transmisión de la sesión, el Partido Republicano anunció indicaciones al proyecto, algo que motivó que la parlamentaria RD saliera por los pupitres para dialogar con sus colegas, mientras otros diputados hacían uso de la palabra.

Al parecer, esta situación molestó a la diputada Cordero, quien pidió punto de reglamento para acusar a Orsini de intentar agredirla por haberle pedido que guardara silencio.

“Acaba de suceder que la diputada Orsini prácticamente me vino a encarar con ímpetu de darme una bofetada y tuteándome y “me estás tratando de mocosa”, y no le dije nada más que si ella creía que esto era una discoteca”, alegó.

“Yo, como no conozco las reglas del juego aquí adentro, salvo las reglas del juego de seres humanos, me dio susto porque venía absolutamente fuera de control”, acusó.

Orsini a Cordero: “¡Qué te pasa, vieja loca!”

Y mientras aún estaba encendido el micrófono de Cordero, se alcanza a escuchar a Orsini decir “¡Qué te pasa, vieja loca!”.

“Y me acaba de tratar de vieja loca”, dijo rápidamente la diputada independiente-RN, en medio de murmullos de desaprobación de otros parlamentarios.

La vicepresidenta de la Cámara, Claudia Mix, quien presidía la sesión, llamó al orden a ambas colegas, explicando que era una situación común, aunque enfatizó en las palabras de Cordero.

“Referirse a la diputada también como la niñita que va una discoteque tampoco es la mejor forma. Sugiero que mantengamos el orden y el vocabulario mutuamente”, dijo.

“A mí me parece que es fantástico que se dialogue, pero hay un mínimo respeto de los silencios y los espacios de todos. Pero si es la costumbre, vaya. ¿Qué le vamos a hacer?”, concluyó Cordero.