Pese a que contaba con discusión inmediata y era el primer punto de la tabla, fueron los propios diputados oficialistas los que pidieron, en dos ocasiones, la unanimidad de la sala para postergar la votación del veto que impulsa el gobierno, para reponer la obligatoriedad del proyecto de kínder.
El primero en solicitarlo fue el diputado de Renovación Nacional, Andrés Longton, pero sin éxito, insistiendo posteriormente su par de Evópoli, Francisco Undurraga, logrando correr la votación para el regreso de fiestas patrias.
Según Longton, la postergación podría permitir al gobierno avanzar en los apoyos que necesita de la oposición, para alcanzar los 89 votos que requiere el veto para ser aprobado y continuar su trámite en el Senado.
El diputado de la Democracia Cristiana, Mario Venegas, quien inclinó la balanza en la comisión de educación en favor del veto, sostuvo en la sala, que la propuesta del Ejecutivo subsana los reparos planteados por la oposición, señalando que en un principio hubo cosas que no se supieron ver o no se valoraron.
Si bien el ministro de Educación, Raúl Figueroa, había expresado su confianza en que el veto sería aprobado por la sala, tal como ocurrió en la comisión, sostuvo que el retraso en la votación apunta a alcanzar la unanimidad de la Cámara.
Pese a los argumentos del ministro Figueroa, el veto lo único nuevo que contempla respecto de lo que ya fue rechazado por el Congreso, son 2 mil millones de pesos más. Recursos que en la oposición señalan son insuficientes para alcanzar la cobertura que falta, principalmente, en los sectores rurales.
La diputada del PPD, Cristina Girardi, sostuvo que lo que se busca con la obligatoriedad del kínder, es asegurar que el sector privado cubra la demanda que el Estado no ha querido hacer.
El ministro de Educación indicó que el principal argumento para insistir con la obligatoriedad del kínder, se debe a que los padres que no envían a sus hijos al jardín infantil, no valoran la importancia que tiene este ciclo para el desarrollo de los menores.