En las primeras horas de la tarde de este sábado, el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, se refirió desde La Moneda a la detención de 11 personas, vinculadas al secuestro y tortura de dos personas en Collipulli, una de las cuales habría sido asesinada sin que aún haya información sobre su el paradero de su cuerpo.

Según indicó el personero,“acá hay organizaciones criminales que se quieren ocultar bajo el paraguas de una causa. Lamentablemente, esa causa se ve empañada por actos criminales ligados a armas, drogas y otros propósitos”.

Delgado indicó que aunque se debe respetar y esperar la investigación correspondiente, cabe preguntarse qué había de importancia en las armas que las víctimas encontraron y vendieron -y que aún no han sido encontradas- para que merecieran una represalia tan brutal.

“¿Por qué es tan importante para esta organización estas armas? ¿Por qué están dispuestas a secuestrar, torturar y matar, como hicieron estas personas? ¿Qué hay detrás de esas armas? No es casualidad el lugar ni la temporalidad, y quizá en el historial de estas armas se encontrará la respuesta a estas preguntas”, aventuró el secretario de Estado.

El Ministro recordó que la zona tiene vínculos con la muerte prefecto Morales de la PDI en enero de este año, al igual que el asesinato del sargento Benavides a fines de mayo.

“Está la denuncia de una de las personas que estaban siendo torturadas, dado el relato de esta persona que pudo escapar. Las preguntas son las que se puede hacer cualquier persona en su casa y estos detenidos, que ya son 11, tendrán que aportar a la investigacion. Al parecer, esta organización quería recuperar estas armas porque están ligadas a hechos de sangre en el último tiempo”, aseveró.

Escucha aquí sus declaraciones:

Una brutal represalia tras el robo y venta de armas de fuego

Fue el 8 de junio, cuando un familiar de una de las víctimas interpuso una denuncia por posible desgracia, advirtiendo a la policía que los desaparecidos habrían sido secuestrados por la forma en la que fueron sacados de sus casas.

Luego de siete días apareció Ernesto Abello Marín, una de las víctimas y quien residía en la comunidad We Newen, con lesiones de carácter grave, como golpes con hacha en la cabeza y fracturas en los dedos de los pies, así también cortes en una de sus extremidades.

El hombre logró escapar lanzándose por un barranco y pasando por un estero, tras lo cual llegó a un domicilio particular prácticamente desnudo, donde inmediatamente pidieron ayuda a Carabineros.

Según la víctima, él y su acompañante fueron contactados por personas de la comunidad Choin Lafquenche, en el sector San Andrés de Collipulli, para reparar una camioneta, pero en el lugar encontraron una serie de armas de fuego como escopetas, fusiles y armas de puño, las cuales pensaron estaban abandonas por lo que las vendieron, asegurando que ahora desconocen el paradero de éstas.

La Segunda Comisaría de Collipulli verificó los reportes y se trasladó al sitio donde habría permanecido secuestrado y sometido a intensas torturas, encontrando evidencias pero hasta la fecha nada del paradero de la otra persona secuestrada.