Pese a la pobreza de anuncios en materia educativa durante la última cuenta pública del Gobierno, considerando las medidas que se deben adoptar con urgencia para afrontar los déficits que está dejando la pandemia, el proyecto de kinder obligatorio nuevamente fue nombrado por el presidente Sebastián Piñera como uno de los objetivos para lo que queda de su mandato.

Si bien ya existe la reforma constitucional que hace obligatorios los 13 años de enseñanza aún falta el proyecto que ponga en ejecución esa normativa, el cual se encuentra en una comisión mixta luego de 2 años y 9 meses de trámite legislativo.

Ante las discrepancias con la oposición y con el objetivo de salvar “el corazón” de la iniciativa, el ministro de Educación, Raúl Figueroa, propuso mantener la obligatoriedad del kinder, pero ya no como un requisito para ingresar a primero básico.

Además, el secretario de Estado comprometió $2 mil millones para avanzar en infraestructura de este nivel parvulario en la educación pública, financiamiento que posteriormente se incluirá dentro de la Ley de Presupuestos.

El miembro de la comisión mixta, el senador Carlos Montes (PS), señaló que las propuestas del Gobierno responden en alguna medida a lo planteado por la oposición, pero puso el acento en la necesidad de mantener la especificidad del kinder y evitar la escolaridad del segundo nivel parvulario.

En tanto, la subsecretaria de Educación Parvularia, María Jesús Honorato, aseguró que existen las herramientas en la institucionalidad vigente para garantizar la especificidad del kínder.

Sumado a lo anterior, el ministro de Educación indicó que uno de los objetivos del proyecto de kinder obligatorio es reducir el índice de inasistencia crónica (66%), argumento que en la oposición no comparten atendiendo a que el nivel de matrícula llega al 97%.