El director de Gendarmería, Christian Alveal, ordenó realizar un sumario administrativo en contra del jefe regional de Antofagasta, coronel Pedro Ferrada Quintana, quien ingresó ilegalmente al domicilio fiscal del alcaide del penal de Tocopilla, mayor Gonzalo Monzón, mientras estaba de vacaciones.

El caso parece un tema menor, salvo que cuando Monzón volvió a su residencia notó la casa desordenada. Preocupado buscó en las habitaciones si todo estaba en orden, de seguro pensando que se trataba de un robo. No faltaba casi nada, pero al observar detenidamente se dio cuenta que faltaba su anillo de oro, el de matrimonio.

Los pormenores de la historia y los documentos con las declaraciones, los revela la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío.

Luces prendidas

El pasado 10 de junio, el director regional de Gendarmería con asiento en Antofagasta, Pedro Ferrada Quintana, terminó de visitar los módulos del penal de Tocopilla a eso de las 03:00 de la mañana, luego de informar a la población penal de las medidas para enfrentar el Covid-19.

Atendida la hora, pidió a la guardia del lugar si existía alguna habitación para que él y su chofer pudieran pasar la noche, atendido a que el día siguiente tenía una serie de reuniones con autoridades sanitarias de la zona.

Lea el oficio

Sin embargo, la única pieza para los oficiales estaba ocupada, por lo que decidió recorrer las casas fiscales del lugar asignadas al servicio de prisiones, encontrando una ventana abierta.

Acto seguido le ordenó al subteniente Sebastián Ponce que entrara sin autorización a esa vivienda del alcaide del penal, mayor Gonzalo Monzón -quien gozaba de un feriado legal-, y le abriera desde el interior. Le indicó al subordinado que no se preocupara, porque al día siguiente llamaría por teléfono para informar de la situación al residente.

Ponce obedeció la orden e hizo lo requerido, por lo que Ferrada y el conductor pernoctaron en el lugar.

El 21 de junio pasado Monzón regresó de sus vacaciones junto a su esposa y al entrar a la casa se percató que las luces estaban encendidas y la puerta de la cocina abierta de par en par. Todo indicaba que alguien había entrado en su ausencia.

Buscó entonces si todo estaba en orden y al menos el televisor, el equipo de música y los bienes más grandes se ubicaban donde siempre, pero cuando revisó el lugar donde guardaba su anillo, éste había desaparecido.

Llamó de inmediato al subrogante, capitán Mario Torres y le consultó si sabía quién pudo ingresar a la morada.

Lea la denuncia

Torres le informó los detalles del hecho y Monzón de seguro montó en cólera y ordenó de inmediato que el subteniente Ponce -que había ingresado a la casa- prestara declaración.

Fue así que Monzón, el 23 de junio pasado, ofició al director nacional de Gendarmería Christian Alveal, quien ordenó un sumario administrativo, actualmente en curso a cargo del jefe de auditoría Juan Carvajal, confirmaron desde el servicio de prisiones.