Un reportaje de The Washington Post —reconocido medio estadounidense— fue crítico al analizar la gestión del gobierno de Chile durante la pandemia, asegurando que la estrategia comunicacional del Ejecutivo ha sido “caótica”.

Publicado por John Bartlett y titulado como “Chile celebró el éxito contra el coronavirus y comenzó a abrirse. Las infecciones se han disparado”, el reportaje señala que “parecen haber sido demasiado confiados”.

“No hace mucho tiempo que el presidente chileno Sebastián Piñera se jactó de que el país estaba listo para el coronavirus. ‘Mucho mejor preparado que Italia’, así lo dijo en marzo”, menciona el relato en su inicio.

El texto da cuenta de la situación actual del país a través de las cifras: “Después de semanas de infecciones altísimas, Chile ha notificado más de 250.000 casos de coronavirus, séptimo en el mundo y 4.500 muertes. Los funcionarios dijeron durante el fin de semana que probablemente 3.000 muertes más fueron causadas por Covid-19. Sus 1.338,9 casos por cada 100.000 personas lideran América Latina”.

Luego, se detalla que los primeros casos se concentraron en el grupo demográfico “más joven en las zonas más ricas de Santiago, manteniendo las hospitalizaciones y las muertes relativamente bajas y lo que llevó a los funcionarios a creer que el brote estaba contenido”.

Sin embargo, “el movimiento de trabajadores a través de la capital pronto llevó el virus a barrios más pobres y superpoblados. El enfoque de imponer y levantar los cierres ‘dinámicos’ por área resultó infructuoso”.

15 de abril | Agencia UNO
15 de abril | Agencia UNO

“La pandemia llegó a Chile después de meses de manifestaciones contra la creciente desigualdad. El movimiento que definió la era se opuso a lo que los manifestantes dijeron que era la distribución desigual de los beneficios del rápido crecimiento del país en las últimas décadas. Esas diferencias han sido puestas al descubierto por el coronavirus”, sostiene el texto.

Asimismo, en el texto se relata que la tasa de mortalidad por coronavirus “en los hospitales públicos de Santiago ha sido el doble que la de las clínicas privadas de los barrios del noreste de la capital”.

“Los investigadores demostraron en un estudio reciente de Lancet que Santiago es una de las capitales más desiguales en términos de esperanza de vida en América Latina”, agrega.

En ese sentido, señala que en sectores como Lo Herminda, “las políticas de aislamiento escritas para las clases altas y medias de Chile parecen irrelevantes”.

Añade que el consejo inicial por parte de las autoridades “sugirió que quienes contraen el virus se aíslan en habitaciones separadas y bien ventiladas y se abstengan de compartir baños con otros”.

Archivo | Agencia UNO
Archivo | Agencia UNO

Sin embargo, en la realidad de los sectores más precarizados de Chile, no sería factible. “En hogares donde varias generaciones viven juntas en espacios confinados, eso no es posible”, señala.

“Las escuelas y universidades han cerrado sus campus y movido sus clases a la modalidad online, pero muchos estudiantes no pueden acceder a Internet de alta velocidad”, aduce.

El reportaje continúa contando que “Jaime Mañalich, quien renunció este mes como ministro de Salud de Chile en medio de un aluvión de críticas, reconoció que no había apreciado la magnitud de la pobreza y el hacinamiento en partes de Santiago”.

“Cuando el gobierno se mudó en mayo de cierres dinámicos y dirigidos, hacia un cierre en toda la ciudad, estallaron furiosas protestas de hambre en el suburbio sur de El Bosque. Los residentes allí ya habían estado en cuarentena por más de un mes, y los ingresos habían comenzado a secarse”.

Pobladores de la comuna de El Bosque | 18 de mayo | Agencia UNO
Pobladores de la comuna de El Bosque | 18 de mayo | Agencia UNO

Luego, menciona que “el gobierno se apresuró a lanzar un programa de ayuda alimentaria en todo el país, pero su enfoque estrecho —y sus ostentosas entregas acompañadas de equipos de cámaras— ha suscitado críticas”.

“Chile ha mantenido niveles comparativamente altos de pruebas. Pero la impopularidad de Piñera después de las protestas del otoño pasado (primavera en el cono sur) y una estrategia de comunicación caótica durante el brote han socavado la respuesta del gobierno”, reza el texto.

Cerca del final, menciona: “Con el invierno comenzando a morder, los chilenos ahora enfrentan meses de cuarentena. A medida que Chile pasaba por Italia en los casos, los nuevos datos de esta semana ofrecieron un rayo de esperanza de que su curva finalmente podría comenzar a aplanarse. Las autoridades instan a los chilenos a que no bajen la guardia”.

“Un referéndum constitucional ganado por los manifestantes el otoño pasado se retrasó hasta octubre. Se espera que la gente regrese a las calles para protestar por las condiciones que el brote dejó al descubierto”, finaliza.