En medio de la crisis que generó al interior de Chile Vamos la suspensión de la UDI en su participación en el bloque producto del apoyo que diputados RN y Evópoli le dieron el jueves a paridad de género, cupos para independientes y escaños para pueblos originarios en el proceso constituyente, la comisión política del gremialismo salió a blindar la decisión de su presidenta, la senadora Jacqueline Van Rysselberghe, y a acusar a los otros partidos de faltar a su palabra, preferir una “popularidad momentánea” y votar sin pensar en los ideales comunes con los cuales se fundó la coalición.
“Entendemos que los partidos tienen el legítimo derecho a tener sus propias opiniones pero no a violar los compromisos a los que se ha llegado”, dijeron desde la UDI. En esa línea, indicaron que el acuerdo del 15 de noviembre, pese a que no satisfacía los requerimientos de todos los involucrados, es válido ya que “requirió de generosidad y voluntad política como un gesto que demarcaba el camino por el cual nuestro país podía avanzar para salir de la peor crisis enfrentada en los últimos 30 años”.
En esa línea, en relación a la elección de la convención que redactará una nueva Constitución -de ganar tal opción en el referendo del 26 de abril- el acuerdo a su parecer “fue completamente claro”. Así, afirmaron que tal proceso debe ceñirse de acuerdo “a las normas vigentes en ese momento para la elección de la Cámara de Diputados.
“Pretender, que ‘se cumple el acuerdo’ cuando dos horas después de aprobarlos se vota a favor de modificar las mismas normas acordadas, es, deliberadamente, una violación del compromiso adquirido, incompatible con la lealtad básica de una coalición”, aseveraron.
Sumado a lo anterior, confirmaron que tras la suspensión de la participación en el bloque oficialista parte un “periodo de reflexión para analizar si aún hay puntos de encuentro en el proyecto político que quiere construir la coalición de Chile Vamos y la UDI”.
A modo de concluir su declaración, desde la comisión política dijeron tener el convencimiento, que por el bien del país y de la democracia, “no podemos renunciar a lo que consideramos correcto, ni mucho menos caer en las demagogias, porque está en nuestro ADN poner el bien de Chile por sobre el propio, así signifique tener que ser impopulares y pagar un alto costo”.
