El debate en torno a la reducción de la jornada laboral volvió a encenderse este martes, día en el cual el Gobierno se autoimpuso un plazo de ocho semanas para ingresar su indicación a su proyecto de 41 horas con flexibilidad y adaptabilidad, misma jornada en la cual la mesa al respecto -con políticos de oposición, del gabinete y expertos- sesionó por primera vez.

Esta instancia se reunirá todos los jueves, a las 17:00 horas, hasta noviembre, con el objetivo de analizar la reducción de jornada laboral y emitir un informe en la materia.

27 eran los invitados al Palacio de La Moneda, de los cuales solo tres eran mujeres. No obstante, solo llegaron 26: el único ausente fue el ex director del Trabajo, Marcelo Albornoz.

Tras la cita, Piñera enfatizó en los tres ejes del proyecto que ofrecen como alternativa a las 40 horas de Camila Vallejo y Karol Cariola (PC), proyecto que ha enfrentado una férrea oposición de La Moneda, el oficialismo y el gran empresariado.

“En el programa de nuestro gobierno están compatibilizar tres grandes tendencias. Primero, esa demanda por tener más tiempo libre. Segundo, el poder maximizar el tiempo que los padres compartan con los hijos y la tercera tendencia es el cambio tecnológico, la robótica que esta haciendo que máquinas puedan hacer trabajo que antes hacían los hombres”, dijo.

El informe que emitirá el grupo de trabajo será un pilar fundamental para el ingreso de la indicación sustitutiva del Gobierno, la cual se ha ido postergando mes a mes.

Esta se anunció en agosto, principalmente para contrarrestar el proyecto de la oposición, y se decía que se presentaría después del despacho de Sala Cuna Universal de la Comisión de Trabajo del Senado, lo que ya sucedió.

“Vamos a hacer todos los esfuerzos para que la indicación que se presente al proyecto de Ley sea, en primer lugar, con todos los datos, con toda la información tanto que levantemos en Chile como en las experiencias exitosas en el extranjero sencillamente para hacerlo bien, y eso significa proteger el sueldo de los trabajadores, el empleo, pero al mismo tiempo avanzar hacia una reducción de jornada que mejore la calidad de vida”, señaló el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg.

Además del informe, otro insumo que se espera es el texto pedido por Piñera a la Comisión Nacional de Productividad.

Desde el Gobierno destacaron la transversalidad de la mesa, aunque el ex ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade (PS), marcó el punto disidente, cuadrándose con la rebaja a 40 horas semanales.

“Interesa la perspectiva del Presidente en el sentido que hay que hacerse cargo de una reducción de jornada para mejorar la calidad de vida de los trabajadores chilenos y eso a mi me seduce, yo estoy en la línea que la jornada se rebaje a 40 horas”, dijo.

“Con el Presidente tuvimos una conversación en la comisión y yo le dije que concepto de flexibilidad me producía cierto rechazo, que me parecía que la adaptabilidad pactada debiera ser la matriz de cualquier conversación en el ámbito laboral”, señaló.

Por su parte, Vallejo señaló a través de su cuenta oficial de Twitter que el Gobierno se enreda cuando improvisa y que las medidas insigne para las 40 horas son gradualidad y apoyo a las Pymes.

En esa línea, la ex líder estudiantil instó al Ejecutivo a presentar una propuesta a favor de las Pymes en el Congreso.

La Moneda ya propuso una gradualidad de ocho años en su proyecto de 41 horas, lo que fue motivo de críticas por parte de Cariola.

Desde la DC, en tanto, Matías Walker confirmó esta tarde que la votación en general de 40 horas se llevará a cabo en la Cámara de Diputados el miércoles 23 de octubre.