A partir de esta semana la directiva reelecta del Partido Socialista pretende comenzar a implementar algunas medidas para sacar a la colectividad de la profunda crisis que atraviesa y regresarle algo de normalidad antes que comience el periodo electoral municipal y de gobernadores regionales.

Todo tras un complejo pleno del comité central, donde la disidencia, a menos de una hora de comenzar, abandonó la instancia en masa, molestos por no poder realizar un debate antes de la elección de la nueva mesa directiva. El Tribunal Supremo aludió a que es a una conducción política la que le corresponde encabezar ese debate y no al TS.

Así, sólo con los votos de su sector, que eran más de 70 en el pleno, Álvaro Elizalde sigue al frente del PS. Insistió en el llamado a la disidencia a integrarse a la directiva, aunque dijo respetar que al menos sean parte del comité central y de la comisión política.

“Estamos seguros que aquí se requiere una conducción unitaria. Y que todas las fuerzas relevantes del Partido Socialista deben estar representadas en los órganos de dirección. Vamos a hacer todos los esfuerzos por integrar a todos los sectores”, remarcó.

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“Tienen que practicar lo que predican. Cuando en el comité central se censura la discusión, el llamado a la unidad suena totalmente vacío. Estamos frente a una mayoría que no respeta la institucionalidad”
- Marcelo Díaz, diputado y líder disidente.

Por su parte, la senadora y vicepresidenta Isabel Allende aseguró que no entiende las motivaciones de la disidencia, que insiste en vetar ciertos nombres de la directiva reelecta, pero sostuvo que poco a poco se retomará el trabajo unitario.

“Poco a poco van a participar. Y espero que así poco a poco vamos a ir convergiendo”, aseguró.

Para el diputado Leonardo Soto, también del sector oficialista del PS, es relevante que durante esta semana se concreten reuniones entre la mesa y las bancadas de diputados y senadores.

“Tiene que volver la normalidad al Partido Socialista”, subrayó.

ARCHIVO | Agencia UNO
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El senador José Miguel Insulza, vicepresidente de la actual directiva junto a Allende, aseguró que el comité central del sábado fue menos tenso de lo esperado. Apuntó a la necesidad de fortalecer el diálogo y lanzar una agenda política ambiciosa para reactivar al partido.

Sin embargo, uno de los líderes de la disidencia, el diputado Marcelo Díaz, insistió en que la directiva quiso vetar el debate y que el resultado del comité central sólo empeorará las cosas en la interna.

“Tienen que practicar lo que predican. Cuando en el comité central se censura la discusión, el llamado a la unidad suena totalmente vacío. Estamos frente a una mayoría que no respeta la institucionalidad”, acusó.

Sin solución

Coincide en que es difícil solucionar la crisis en estas condiciones el diputado Marcelo Schilling, uno de los dos integrantes del sector que estuvo casi hasta el final del pleno, junto al expresidente del partido Osvaldo Andrade.

“Con la pequeñez que han mostrado, que ni siquiera son capaces de escuchar la opinión del adversario, no sé cuál es la solución de la crisis. Entre ellos seguramente encontrarán una receta”, remarcó en tono irónico.

Con todo, la disidencia comenzó un proceso de organización. Se instalarán formalmente como una oposición interna a la directiva, atendiendo el mandato de sus votantes, lo que incluirá en los próximos días un recorrido por el país.

Por su parte, entre las prioridades que fijó la mesa oficialista están la auditoría del padrón electoral, la creación de una comisión anticorrupción, rearticulación con el resto de la oposición y buscar fórmulas para recuperar la unidad del partido.