Desde mañana, la directiva reelecta del Partido Socialista pretende comenzar a implementar algunas medidas para sacar a la colectividad de la profunda crisis que atraviesa y regresarle algo de normalidad antes de que comience el periodo electoral municipal y de gobernadores regionales.

Álvaro Elizalde, quien fue reelecto el sábado por el Comité Central como presidente, insistió en el llamado a la disidencia a integrarse a la mesa, luego de que ayer abandonaran el pleno antes de la votación.

Reconoció que es un momento difícil, en el que las prioridades son la auditoría de la militancia, poner más requisitos de ingreso al partido (un periodo de pre-militancia y exigencia de formación política) y rearticular en los próximos días el diálogo con el resto de la oposición, a nivel de dirigencias.

Para el diputado Leonardo Soto, del sector oficialista del PS, es relevante que durante la próxima semana se concreten reuniones entre la mesa y las bancadas de diputados y senadores. Además, consideró que otras instancias, como un Congreso Extraordinario, debiesen revisarse recién a fin de año.

“Tiene que volver la normalidad al Partido Socialista”, dijo.

El senador José Miguel Insulza, del mismo sector, dijo que el Comité Central de ayer fue menos tenso a lo esperado. Apuntó a la necesidad de fortalecer el diálogo y lanzar una agenda política ambiciosa para reactivar al partido.

Uno de los líderes de la disidencia, el diputado Marcelo Díaz, insistió en que el problema que se ha generado entre ambos bloques no es el reclamo que ha hecho su sector, sino que la deficiencia que tuvo la dirigencia reelecta en el manejo de los distintos aspectos de la crisis del partido.

“Durante dos años la dirección pudo haber hecho más y no hizo más”, recalcó.

La disidencia espera también trabajar en propuestas y establecer un contrapunto permanente, respondiendo al mandato que le dieron los militantes que les dieron sus votos para ser parte del Comité Central. Así lo dijo el exministro Germán Correa, quien enfatizó que recibieron el mensaje de “defensa del partido y recuperar su credibilidad”.

La disidencia descarta completamente integrarse a la mesa. La dirigencia mantiene dos vicepresidencias vacantes por si cambian de opinión, lo que se mantendrá hasta la próxima reunión del pleno. De no existir interés, barajarán nombres de su lista para ocuparlos.