El cuerpo de Millaray Bravo Ramos, una ciudadana chilena encontrada muerta el miércoles en una playa de Nueva Zelanda, será repatriado luego que sus amigos “kiwis” reunieran el dinero suficiente para tales efectos.

De acuerdo al New Zealand Herald, lograron recolectar los $5.000 dólares neozelandeses (más de $2.3 millones chilenos), pero siguen aceptando donaciones para poder costear el traslado de su padre, Antonio Bravo Lagos, residente de Lautaro, en la región de La Araucanía.

Allí, el hombre deberá realizar los trámites de rigor y traer el cuerpo de su hija a casa.

El evento, en concreto, se llevó a cabo el sábado 23 de marzo. La primera parte contó con clases de baile y la segunda con una fiesta de salsa, bachata, reggaetón, cumbia y otros estilos.

Desde la Cancillería, en tanto, indicaron que el padre de Millaray fue recibido por profesionales del Departamento de Servicio Social de ministerio esta misma jornada.

“Seguimos prestando el apoyo consular necesario, realizando un trabajo coordinado desde Santiago con el Consulado de Chile en Wellington”, añadieron a través de un comunicado.

De acuerdo a sus amigos, citados por el medio, el padre habría confirmado que su hija volvería a Chile en mayo, después de cuatro años de estadía en esta nación oceánica. Allí, dentro de sus actividades, estudió inglés.

Bravo fue hallada en la playa Waiake flotando en el mar, sin traje de baño y con una cuerda de boya amarrada a sus pies.

Pese a que las autoridades locales establecieron que la connacional perdió la vida debido a una asfixia por inmersión, su familia dijo dudar que esa haya sido efectivamente lo que ocurrió.