11-03-2019 a las 20:59

Arzobispado explica por qué Ezzati no firmó notificación por demanda de víctima de Tito Rivera

Por Gerson Guzmán
Agencia UNO

Durante la jornada del lunes el Arzobispado de Santiago respondió ante los antecedentes dados a conocer sobre la notificación de la demanda realizada por la víctima de Tito Rivera, quien acusa haber sido violado en la Catedral, el principal templo religioso del país.

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En la instancia BioBioChile publicó la nota titulada “Violación en la Catedral: Ezzati intentó evitar notificación de demanda de víctima de Tito Rivera”, en la cual se explica cómo la receptora judicial, Silvia Larravide, intentó notificar a Ezzati sobre la demanda en dos días consecutivos, y cómo en la segunda instancia, si bien logró encontrarlo, éste se negó a firmar el documento.

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Desde el Arzobispado respondieron, aclarando que “el día jueves 7 de marzo de 2019, el arzobispo no se encontraba en su oficina de la sede arzobispal cuando la receptora judicial asistió al lugar.

“El día viernes 8 de marzo, en cambio, sí lo estaba, por lo que recibió los antecedentes sin inconveniente alguno. Consultada la propia receptora judicial si era necesario firmar algún documento, respondió que no era necesario”, señalaron.

De esta forma, el Arzobispado busca aclarar que Ezzati no firmó porque le señalaron que no era necesario.

Es importante recordar que el trámite de notificación en materia civil es indispensable para sustanciar una demanda de indemnización de perjuicios, como también los plazos para hacerlo.

El libelo presentado por la víctima es el correlato en materia civil de la investigación penal que sustancia el fiscal regional de Rancagua, Emiliano Arias, por abusos sexuales en la iglesia chilena y que se divide en varias cuerdas separadas.

En el caso en particular, remite a la violación que denunció “Z” y otros abusos de menores de edad, realizados por el presbítero Tito Rivera en la Catedral, al menos desde 2015.

Los hechos ligados a este último quedaron al descubierto, luego que Radio Bío Bío, revelara la información secreta que manejaba Arias, a raíz de la incautación que realizó en la Catedral a mediados de 2018.

Entre los cientos de papeles secuestrados por el organismo persecutor, estaba la “indagatoria previa” realizada por la iglesia, trámite que buscaba dar verosimilitud al relato que Z y al de otras víctimas de Tito Rivera.

Contexto | Hans Scott | Agencia UNO

Estas últimas entregaron sus testimonios entre marzo y julio de 2015 al cura Francisco Vicuña Walker. Y no sólo sus versiones fueron recogidas, sino que uno de los afectados entregó un pendrive con fotografías, donde el presbítero aparecía en actos sexuales explícitos.

Y aun cuando los hechos quedaron acreditados en la fecha señalada, no fue sino hasta noviembre de 2016 que Ezzati elevó la investigación a otra de carácter “administrativo-penal”, que derivó en la suspensión del ministerio sacerdotal a Tito Rivera por 14 años recién en 2018.

Se trata de una las sanciones más altas conocidas hasta ahora, pero no fue expulsado como sí ocurrió con Fernando Karadima. Tampoco la comisión de delitos fue informada al Ministerio Público, ni menos a la opinión pública. Tanto es así, que hasta 2017 Tito Rivera podía celebrar matrimonios.

Pero los ilícitos sexuales no fueron los únicos que cometió Tito Rivera. También se acreditó que robaba objetos religiosos. Así lo estableció el Ministerio Público cuando allanó el domicilio del presbítero junto a la conservadora de la Catedral. Allí descubrieron que su vivienda estaba “atiborrada” de especies eclesiásticas.

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