“Ya está acreditado, fueron agentes del Estado los que mataron a Camilo Catrillanca”, en estos términos se refirió la ministra vocera de gobierno, Cecilia Pérez, al último caso que ha sacudido fuertemente la imagen de Carabineros de Chile, el que ha evidenciado -indicó- la existencia de problemas profundos en la institución.

En conversación con Radio Oasis, la secretaria de Estado agregó que “el Gobierno ha dicho que cometimos un error porque le creímos a carabineros mentirosos, porque esa es la verdad, pero dándonos cuenta se tomaron las acciones del caso”.

Hizo una autocrítica en este sentido, y aseguró que el presidente Sebastián Piñera “envió cartas privadas al padre y al abuelo de Camilo Catrillanca”.

“Hay dolor e indignación del gobierno y de parte mía. Dolor por la muerte de un joven mapuche asesinado a mansalva. Dolor por una institución tan querida y necesaria para el país como es Carabineros de Chile cuando un grupo de funcionarios, no todos, miente, obstruye a la justicia y la investigación y, en definitiva, mancillan el honor de todos los carabineros de Chile”, sostuvo previamente Pérez.

Lamentó esta situación por cuanto “los carabineros que tu ves en la calle se sacan la mugre, no tienen por qué bajar la mirada porque les da vergüenza lo que ha hecho un grupo de funcionarios”.

También se refirió a la polémica que marcó esta semana la agenda mediática de Gonzalo de la Carrera y Camila Vallejo, luego de que el primero difundiera una noticia falsa en que se acusaba a la diputada de defender la pedofilia.

Pese a que lamentó el uso de noticias falsas, defendió a De la Carrera afirmando que es su amigo, y que “una cosa que no tiene es ser malintencionado, no actúa de mala fe”.

Finalmente, respecto del proyecto de ley que tipifica la incitación al odio y sanciona con cárcel a quienes nieguen las violaciones a los Derechos Humanos cometidos por la dictadura, vio con buenos ojos “que se enfrente este tema, para mirar hacia el presente y hacia el futuro y no volver hacia el pasado”.

Reiteró en este sentido la postura del Ejecutivo, cuestionando que “¿es pecado haber sido partidario del gobierno militar, como dicen los partidarios, con sus luces y rechazando sus sombras? No es pecado, no es delito”.

“No es delito, no es pecado haberlo apoyado porque el contexto era distinto. Veníamos de un contexto de violencia civil profunda, donde la izquierda reivindicada la lucha armada como mecanismo para liderar un país”, argumentó.