Luis Mayol, el exintendente de La Araucanía -que dejó su cargo hace dos semanas tras el homicidio del comunero mapuche Camilo Catrillanca-, reapareció en el Palacio de La Moneda para reunirse con su amigo Cristian Larroulet, jefe de los asesores presidenciales del segundo piso.

Ambos coincidieron en el gabinete del primer mandato de Sebastián Piñera, como titulares del Ministerio de Agricultura y el Ministerio Secretaría General de la Presidencia respectivamente.

A la salida de dicho encuentro, se refirió al giro que ha tomado el caso Catrillanca tras su salida, sobre todo respecto a las versiones contradictorias de Carabineros, que derivó en la baja de cuatro policías, los cuales -posteriormente- fueron formalizados como responsables de la muerte del joven de 24 años.

De paso, destacó el trabajo de Fiscalía y respaldó la investigación sobre el caso, al igual que el trabajo de la policía uniformada: “Yo tuve una buena relación (con Carabineros), siempre hicieron un trabajo profesional, por lo menos lo que dependía de mí. No tengo reparos que hacer”, recalcó.

Respecto a la destrucción de pruebas, remarcó que se trata “de hechos puntuales, de personas individuales, que por circunstancias que yo no me explico han cometido un error”.

Para cerrar, fue tajante tras ser apuntado como la única autoridad que pagó un costo político a raíz del caso: “Cuando uno asume un cargo político sabe que tiene una fecha de inicio y una fecha de término”, aseguró.