Ya en 2014, la agrupación “Ciudadanos por la Memoria” concurrió al Palacio de La Moneda para entregar una carta dirigida a la entonces presidenta Michelle Bachelet, solicitándole la remoción de la estatua de José Toribio Merino, junto al cambio de nombre de dos salas y un barco de la Armada que recuerdan al fallecido almirante y miembro de la Junta Militar que se impuso en dictadura.

En agosto de este año, la asociación reiteró el pedido respecto de la efigie dispuesta desde 2002 en el Museo Naval y Marítimo de Valparaíso, pero esta vez a Alberto Espina, el actual ministro de Defensa de la administración Piñera.

La respuesta de la secretaría de Estado, publicada hoy por La Tercera, se limita a reiterar las consideraciones hechas al respecto por el almirante Julio Leiva Molina, comandante en jefe de la Armada.

“Con la estatua erigida en memoria del Almirante Sr. José Toribio Merino Castro (Q.E.P.D.), la Armada de Chile ha hecho un reconocimiento a su persona en su calidad de excomandante en Jefe de la Armada, sin vulnerar disposición legal o reglamentaria alguna”, indica la misiva.

Añaden que “tal como lo ha expresado la Contraloría General de la República en su Dictamen N° 32.951 de 2015, por encontrarse ubicada al interior del inmueble fiscal que alberga el Museo Marítimo Nacional, no se trata de un ‘monumento público’, dado que ese inmueble no corresponde a alguno de los lugares públicos a que se refiere el articulo 17° de la ley N° 17.288, sobre Monumentos Nacionales”, agrega.

Argumentos para pedir la remoción

Por otro lado, la solicitud de “Ciudadanos por la Memoria” -para remover la estatua erigida en el gobierno de Ricardo Lagos y mientras Bachelet ejercía como titular de defensa- se fundamenta en que “Merino Castro se amotinó contra su Comandante en Jefe y usurpó el mando de la Armada para iniciar el golpe de Estado de 1973. Tuvo, indiscutiblemente, la responsabilidad del mando por las violaciones de derechos humanos cometidos por personal de la Armada durante toda la dictadura, tiempo en que permaneció a la cabeza de la institución”.

La agrupación añade que es “impresentable que en un país democrático sea objeto de homenajes por una institución del Estado de Chile. Ese homenaje abandera políticamente a la Armada, una institución que debiera ser de todos los chilenos, y la enajena de una buena parte de la ciudadanía”.

Desde “Ciudadanos por la Memoria”, Luis Mariano Rendón, calificó como “lamentable la respuesta tanto en el fondo, por la negativa a retirar la estatua, como por la forma, porque lo que hacen es reenviarnos el informe de la Armada y el ministro no se pronuncia. Ellos se transforman en un buzón y eso es deplorable”.