Luego que el papa Francisco decretara la expulsión del exobispo emérito de La Serena, Francisco José Cox y el exobispo emérito de Iquique, Marco Antonio Órdenes, ambos por abusos sexuales a menores, diversas han sido las reacciones.

Pese a la medida, laicos y víctimas del Caso Maristas solicitan a la Iglesia terminar con la protección a sacerdotes y dijeron que la expulsión no es suficiente.

El vocero de los laicos, Osvaldo Aravena, dijo que harán lo necesario para terminar con el abuso de poder y los encubrimientos dentro de la Iglesia, aunque esta deba “quedar en cenizas para renacer”.

Anterior a la expulsión de Cox y Órdenes, el Vaticano ya había anunciado la salida de Fernando Karadima y Cristian Precht del sacerdocio, también por denuncias de abusos sexuales.

Eneas Espinoza, víctima de Precht y denunciante del Caso Maristas, dijo que el papa Francisco debiese expulsar a todos los obispos y cardenales de la Iglesia, y agregó que dichos delitos aún siguen impunes, porque ahora “son delincuentes sexuales sin sotana”.

Además de las expulsiones, hasta el momento siete renuncias de obispos han sido aceptadas por el papa Francisco de las 34 presentadas en mayo de este año al Vaticano, cuando todos los obispos chilenos decidieron dimitir de sus funciones.