La justicia francesa determinó aplazar hasta el 12 de diciembre la audiencia para revisar la extradición del exmiembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), Ricardo Palma Salamanca, detenido en febrero de este año en París. Además, el exguerrillero declaró al tribunal supuestas torturas recibidas mientras se le realizó el proceso judicial, y estuvo preso en Chile.

El exfrentista está condenado en nuestro país a como autor material del crimen del senador de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Jaime Guzmán, pero se encontraba prófugo desde el año 1996 luego de fugarse de la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago, donde estaba recluido.

Para esta miércoles se esperaba que el tribunal galo decidiera si daba curso o no, a la extradición solicitada por Chile para que Palma Salamanca volviera al país a cumplir las penas que le impuso la justicia por la muerte del exsenador UDI y por el secuestro de Cristián Edwards, ambos delitos cometidos en 1991.

La decisión de la Corte de Apelaciones francesa, según consigna La Tercera, se tomó a raíz de una solicitud de postergar el fallo hecha por la defensa de Palma Salamanca, con el fin de esperar si la Oficina Francesa de Protección de Refugiados y Apátridas (Ofpra) resuelve darle asilo político o no al exguerillero.

Además, durante esta jornada se conoció la declaración realizada por Ricardo Palma Salamanca a la corte francesa, en la cual detalla diferentes tipos de torturas que habría recibido por parte de los ministros Guillermo Navas y Alfredo Pfeiffer que investigaron la muerte de Jaime Guzmán y lograron condenar a Salamanca.

En el documento, el ex FPMR declaró respecto del ministro Navas, que fue “sometido en su propio tribunal a encadenamiento e insultos permanentes”.

Luego el exguerrillero detalla que, “el ministro Pfeifer en sus interrogatorios me hacía poner el cepo de pies a manos encadenándome a la silla de interrogatorio. En una ocasión fui receptor de un escupo en la cara por guardar silencio frente a sus preguntas”.

Revisa la declaración completa de Ricardo Palma Salamanca a continuación:

Declaración del tratamiento inhumano y abusos durante el proceso judicial.

Estuve detenido y desaparecido durante varios días, siendo negando a familiares e instancias de derechos humanos. A los 9 días de detención, fui visitado por abogados de derechos humanos conociéndose recién mi ubicación.

Durante la presentación ante los ministros a cargo de los procesos fui asediado por los ministros de la Corte Navas y Pfeifer en incontables ocasiones. Iracundo como un demonio, el primero, omitió en el proceso como medio de prueba, que en todas las ruedas de reconocimiento, los testigos presenciales nunca me reconocieron como autor de los hechos. Fui sometido en su propio tribunal a encadenamiento e insultos permanentes.

Por su parte, el ministro Pfeifer en sus interrogatorios me hacía poner el cepo de pies a manos encadenándome a la silla de interrogatorio. Hacía gala permanente de sus guardaespaldas muy bien armados. En una ocasión fui receptor de un escupo en la cara por guardar silencio frente a sus preguntas.

Fui incomunicado durante 28 días sin descanso en la galería 12 de incomunicados de la CDR Santiago Sur (Penitenciaría de Santiago). Además estuve aislado durante tres meses en el colectivo dos al interior de este penal, dicho lugar estaba destinado a personas con enfermedades mentales o por vagancia, que hasta los primeros años de la transición eran sometidos a prisión.

Por orden expresa de los ministros, cada tres días era sometido a un allanamiento particular de inusitada violencia por parte de gendarmería.

Una vez trasladado desde el colectivo dos me internaron en una calle de reos comunes durante dos meses, negándome la posibilidad de convivir con los demás presos políticos.

Una vez trasladado a la calle 5, lugar de habitación de la comunidad de presos políticos durante la transición, me vuelven a trasladar a al CDP o cárcel de San Miguel en un operativo de fuerzas antimotines donde varios presos fueron heridos de gravedad.

En ese momento y por orden expresa de los ministros fui golpeado casi hasta la inconsciencia en el patio de la guardia interna del penal justo antes de ser introducido en los vehículos de traslado.

Una vez ingresado a dicho penal el recibimiento fue similar al descrito. “Presentación” le llamaban. No transcurrieron más de dos meses de tranquilidad y el ministro Pfeifer luego de un interrogatorio en las condiciones mencionadas anteriormente y en su iracunda
frustración da la orden de mi aislamiento en la torre dos en calabozos de castigo.

Me dejaban salir una vez al día por una hora y el resto lo debía pasa en mi celda. Este castigo se prolongó por seis meses.

Después de dos años en la cárcel de San Miguel da la orden de incomunicarme otra vez durante 15 días más en celdas de incomunicación.

Todos los hechos contenidos en este relato pueden ser corroborados en los distintos registros del proceso en mi contra como en los de Gendarmería de Chile en los respectivos CDP Santiago Sur y San Miguel.

Las golpizas por parte de la fuerzas antimotines en cárcel de alta seguridad eran permanentes durante el primer año junto a sus allanamientos sorpresa a las cuatro de la mañana, completamente armados y dispuestos a la vejación absoluta lo que me permitió conocer las celdas de castigo por más de un mes en dicho penal.

A los tres años de estar prisionero (1995) fui trasladado a sangre y fuego hacia la cárcel de Alta Seguridad (CAS) desde la que me escapé el día 30 de diciembre 1996.

Ricardo Palma Salamanca, 8 de Octubre 2018.