La inmigración se transformó en uno de los temas más discutidos por los chilenos en el último año, fenómeno que trajo al país a ciudadanos de otras latitudes del continente, especialmente caribeños, donde el clima y la cultura distan mucho del variopinto escenario nacional.

¿Pero, qué opinión tienen ellos de nosotros? De acuerdo a un estudio realizado por el Centro Nacional de Estudios Migratorios (Cenem) de la Universidad de Talca, los encuestados entregaron respuestas mixtas, tanto positivas como negativas.

Con respecto a Chile, “los inmigrantes consideran que es una comunidad menos insegura (46,4%), más moderna (59,1%), democrática (45%)”, pero no todo es positivo. Éstos también tildaron a nuestra sociedad como “muy segregadora (56%)”.

En relación a sus habitantes, los consultados admitieron creer que somos “percibidos como personas más individualistas (61,4%), materialistas (64,5%), liberales (60%), y
menos sociables (40,3%), detalló en un comunicado el director del Cenem, Medardo Aguirre.

¿Somos fomes?

Un 40,3% de la muestra nos consideró ser menos sociables, lo que da paso a la pregunta: ¿seremos fomes como pueblo?

BioBioChile salió a la calle para dilucidar esta interrogante y conversamos con dos ciudadanos venezolanos. Al parecer esta impresión está instalada a nivel internacional y no es necesario llegar acá para notarlo.

Francis Terán llegó hace poco más de un año con su familia y, en conversación con nuestro medio, admitió haber barajado no migrar a Chile debido a esta imagen de apagados y aburridos. Lo anterior cambió cuando llegó a vivir a nuestro país.

Por otro lado, Carlos García aseveró que somos más bien aburridos “entre comillas” ya que ello depende de la concepción que se tenga de diversión.

No obstante, dijo tener una buena relación con sus compañeros de trabajo, quienes le han probado lo contrario: “es divertido estar con ellos”, señaló.

Además, añadió que en casi dos años de haber arribado a suelo nacional nunca ha tenido problemas, que mayoritariamente ha recibido mucho apoyo y agradeció a quienes lo han acompañado en el proceso. “Gracias a ellos estoy donde estoy”.

Costumbres

El sondeo también arrojó que el 91,9% de los extranjeros “incorporó costumbres y tradiciones chilenas a su estilo de vida, pero al mismo tiempo el 84,6% admitió mantener hábitos, costumbres y tradiciones propias de su nación de origen”.

“Esto implica que los inmigrantes que residen en Chile buscan mantener sus costumbres, pero a la vez también tratan de integrarse socialmente por medio de la interacción y el contacto con las personas chilenas. Esta estrategia de aculturación no está determinada por factores sociodemográficos”, aseveró Aguirre.

En esa línea, el 92,2% de los extranjeros residentes “declaró su intención de mantener lazos con sus coterráneos, en tanto que el 91,7% declaró buscar el establecimiento de vínculos similares con ciudadanos chilenos”, precisó el estudio.