Contrario a lo que se esperaba, durante el Te Deum evangélico no se efectuaron críticas a la agenda valórica del Gobierno.

A su ingreso al templo, el presidente fue recibido con aplausos y la ceremonia prosiguió en completa tranquilidad y sin interrupciones.

Durante la homilía efectuada por el obispo Eduardo Durán, líder de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal, no se habló de la agenda valórica, pero sí se hizo referencia a las políticas públicas relacionadas con la Educación y también al estado de la economía del país.

Asimismo se abordó la situación de los inmigrantes, que llegan a Chile “y no logran realizar sus sueños”.

En ese contexto, Durán afirmó que la migración “es una riqueza enorme para el país y, por otro lado, nos plantea el desafío de si los estamos recibiendo adecuadamente”.

A la instancia no asistieron la presidenta de la Cámara de Diputados, Maya Fernández, y tampoco el presidente del Senado, Carlos Montes. Además, los presidentes de los partidos de Chile Vamos y un grupo de alcaldes de oposición tampoco fueron parte de la ceremonia.

Durante la Acción de Gracias se registraron manifestaciones en las cercanías de la Catedral Evangélica, donde se calificó a Sebastián Piñera como un “traidor”, debido a la aprobación de la Ley de Identidad de Género.

A la salida de la ceremonia, el Presidente afirmó que “todos nacemos iguales en dignidades y derechos, y el proyecto de ley que aprobó el Congreso busca precisamente eso, que todos los chilenos tengamos la misma dignidad. Por eso lo hicimos con mucha prudencia y mucha sensibilidad”. Sin embargo, evitó referirse a las manifestaciones.