Por nueve votos no se logró aprobar la admisibilidad de la acusación constitucional por notable abandono de labores contra los ministros de la Corte Suprema Hugo Dolmestch, Carlos Künsemüller y Manuel Antonio Valderrama, cuestionados por otorgar beneficios carcelarios a siete violadores de Derechos Humanos.

Tras la votación, Carlos Künsemüller, uno de los ministros contra quienes se presentó la acusación constitucional, criticó duramente a los diputados. “No tengo por qué aceptar que un parlamentario que no tiene la más mínima idea de los temas jurídicos involucrados, que a la Constitución le ha leído sólo la tapa, me venga a revisar las sentencias que yo dicte”, expresó.

Respecto a esto, el diputado socialista, Gastón Saavedra, sostuvo que “los jueces no pueden a actuar con tanta soberbia y atacar a un poder del Estado que cuando no estuvo, por 17 años, lo único que se consagró fue la dictadura”.

Fue con votos demócratacristianos que se rechazó la admisibilidad de la acusación constitucional. Ante esto, el presidente de la falange, Fuad Chaín, afirmó que su partido siempre ha luchado por los derechos humanos y que votar en contra de la instancia responde sólo a diferencias en “interpretaciones jurídicas”.

“No es cierto que no tengan un compromiso irrestricto con los derechos humanos (…), sino que consideraron que el instrumento no era apropiado”, sostuvo Chahín.

Otro de los hechos criticados fue la ausencia del diputado socialista Marcelo Díaz, quien no asistió a la votación por encontrarse de vacaciones en Estados Unidos, lo que generó que su copartidario Fidel Espinoza dijera que “no todos tenemos el mismo compromiso con los Derechos Humanos”.

El presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, en entrevista con El Mercurio, sostuvo que esta votación ha puesto en dificultad el sistema, junto con declarar que “es un punto considerar enfermedades terminales para dar libertad aunque no haya arrepentimiento”.