Este jueves fue apuñalado el candidato presidencial de la ultraderecha brasileña, Jair Bolsonaro.

El político permanece en un hospital de Minas Gerais, tras ser ingresado con un cuadro vital complejo: una hemorragia interna, tres perforaciones en el intestino delgado, una lesión grave en el intestino grueso y otra en una vena del abdomen.

Tras ser intervenido, su estado era “estable por el momento”, indicó el último parte médico.

Estos hechos recordaron rápidamente a la situación denunciada en noviembre de 2017 por el entonces diputado de la región de Tarapacá, Fulvio Rossi.

El 15 de aquel mes, Rossi constató en el hospital, una lesión abdominal y un TEC, acusando ser víctima de un ataque al interior de su comando en Iquique. Luego de llegar por sus propios medios al recinto hospitalario, el médico traumatólogo fue internado.

Según la versión del parlamentario, una persona con el rostro descubierto, pero usando una capucha, lo atacó luego de llegar a su comando, donde concurrió alertado de la destrucción de material de propaganda que guardaba en el lugar.

Rossi, además, declaró que el agresor tenía acento extranjero y que era de raza negra. Dato que, según él, confirmaría las amenazas que recibió en semanas previas, una de ellas escrita con letras recortadas en una receta médica del propio senador.

El hecho de inmediato causó repercusiones, sobre todo en el mundo político, dando pie a numerosas muestras de apoyo y repudio transversal al ataque.

No obstante, el diputado por la zona, Hugo Gutiérrez, cuestionó la versión de Rossi y planteó las primeras dudas sobre un supuesto “autoatentado”. “Nos trae a la memoria al Cóndor Rojas”, dijo aquel día.

“No sólo inventó un autoatentado homicida por parte de dos ciudadanos colombianos. Envió a su propio hijo a entregar la identidad de una persona que pertenecía al comando de campaña de su opositor“, acusó.

Franco Rossi, hijo del entonces candidato, aseguró que a su padre le pegaron con un objeto contundente y luego lo apuñalaron. “Lo último que supe fue que le dijeron ‘te lo advertimos‘”, denunció a los medios, antes de ir a las autoridades con la supuesta identidad del agresor, entregada por quienes habrían sido testigos de su huida.

Todo ello apuntando a un brigadista del ganador, en definitiva, de la elección desarrollada días después, Jorge Soria.

Paula Afani, que se desempeñaba como jefa comunicacional de Fulvio Rossi, confirmó después que el candidato había recibido amenazas en los días previos y que habían hecho la última denuncia en Fiscalía, agregando que estas agresiones se debían “básicamente por su política ofensiva contra las migraciones”.

“No me dejaré amedrentar. El otro día ciudadanos extranjeros intimidaron a mi hijo con disparos al aire. Seguiré adelante con mis propuestas en materia migratoria”, había publicado el propio Rossi días antes en sus redes sociales.

Cristian Vivero | Agencia  UNO
Cristian Vivero | Agencia UNO

Además, otros cuestionamientos se sumaron por el hecho de que Rossi se internó en la Unidad de Cuidados Intermedios (UCI) de la Clínica Iquique, por recomendación de su colega Raúl Romero, luego de ser dado de alta tras ser diagnosticado con una lesión de 7 milímetros considerada como herida menos grave, y un TEC simple o leve, según la calificación del Servicio Médico Legal.

Respecto a la decisión del parlamentario de trasladarse hasta la Clínica Iquique, luego de haber sido atendido en el hospital regional, el fiscal Gonzalo Guerrero acotó que “él fue dado de alta (en el hospital). Ahora, las circunstancias, las motivaciones, el porqué en este momento está en una clínica de Iquique lo desconozco”.

Mientras, la Fiscalía de Tarapacá encomendó las primeras diligencias para determinar lo sucedido, incluyendo las pericias a un cuchillo encontrado en el sitio del suceso. Además, personal de Carabineros se dedicó a revisar las cámaras de seguridad aledañas al comando.

La idea era reconstruir minuto a minuto lo sucedido esa mañana del 15 de noviembre, usando los registros audiovisuales.

Los hechos que se conocen hasta ahora, más que aclarar, aumentan las interrogantes.

El registro de las cámaras de seguridad indican que a eso de las 11:02 horas, unos brigadistas salen a la calle principal, y dos minutos mas tarde, se ve a un vehículo negro trasladando a Rossi hasta el hospital de Iquique. Poco después, a las 11:13 horas, una ambulancia del SAMU llegó al lugar, siendo despachada por los brigadistas debido a que el senador ya no estaba en el lugar.

Las tres cámaras del Centro de Control y Vigilancia de la Municipalidad de Iquique, no obstante, no dan cuenta del supuesto sospechoso -de raza negra- en los alrededores del comando, según confirmó el propio fiscal jefe de Iquique, Gonzalo Guerrero.

Las imágenes, que van desde las 08:45 horas, tampoco muestran algún indicio de entrada al lugar de una persona con esas características, como tampoco de la salida abrupta o huida del lugar. Asimismo, no existen denuncias de vecinos sobre un eventual escape por los techos o propiedades aledañas.

“Imagínese que las cámaras las maneja Soria, con eso le digo todo”, había argumentado por Twitter Rossi.

A esto último, se suma que el peritaje del Laboratorio de Criminalística de Carabineros realizado al cuchillo encontrado en el sitio del suceso, descartó la presencia de sangre humana.

“Qué relevancia puede tener si hay heridas que fueron acreditadas. Habrán periciado la camisa que llevaba puesta”, manifestó Rossi, quien dio a entender que podría ser otro cuchillo.

El fiscal Gonzalo Guerrero, sostuvo que “sobre el cuchillo encontrado en el lugar de los hechos, las pericias del Labocar establecieron que los restos encontrados en el mismo, no amplificaron como sangre humana”.

Hans Scott | Agencia UNO
Hans Scott | Agencia UNO

El Gobierno -de Michelle Bachelet-, a través del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, presentó una querella por los delitos de atentado contra la autoridad y lesiones menos graves, sufridos por el exsenador en la ciudad de Iquique.

La acción judicial fue interpuesta ante el Juzgado de Garantía de Iquique y busca establecer la responsabilidad del autor o autores de la agresión sufrida por el parlamentario.

BioBioChile se comunicó con la Fiscalía de Tarapacá, donde se informó que la investigación sigue vigente, a la espera de unas últimas diligencias. Posterior a ello, el fiscal Gonzalo Guerrero decidirá al futuro de la causa.

De todas maneras, nadie ha sido detenido a raíz de estos hechos.

Por su parte, Fulvio Rossi no contestó a los múltiples llamados efectuados por este medio.

Cabe recordar que el primer semestre de este año, Rossi retomó el ejercicio de la medicina. Primero recibiendo una mano de Jaime Mañalich, exministro de Salud durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, quien lo invitó a realizar una pasantía en el área de Traumatología de la Clínica Las Condes, donde el exsecretario de Estado es gerente general.

Luego de ellos, el exsenador se fue al Hospital El Salvador para trabajar formalmente.

Cuando el caso empezaba a olvidarse, en mayo, un reportaje publicado por la revista Sábado, volvió a poner el tema en el tapete, con una entrevista a un brigadista de confianza de Rossi, que incluso habría sido de los primeros en auxiliarlo.

Se trata de Piero Rosas, quien se encontraba en las cercanías del comando cuando sucedió el supuesto ataque.

“Me imaginé lo peor cuando lo vi (…) Él decía que estaba bien, pero se notaba que estaba mal, por lo menos choqueado con lo que había pasado. Le pregunté cuándo pasó y me dijo no sabía, porque había perdido el conocimiento por el momento”, señaló.

Sin embargo, un detalle le llamó poderosamente la atención. “Era muy raro verlo ahí. Iba muy poco, porque, como él decía, tenía a su gente que se encargaba de las cosas pequeñas”.

“Para qué voy a mentir (…) Es una posibilidad que se lo haya hecho él mismo. Quizá él, en su inocencia, dijo: ‘Me apuñalo y la gente por lástima me va a hacer ganar””, reflexionó Rosas.