Carabineros quiere acercarse a la comunidad e intentar mejorar sus niveles de confianza tras el bullado fraude al interior de la institución y los cuestionamientos posteriores por la falsificación de pruebas en la fallida Operación Huracán.
La encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) de junio de 2017 dejó en evidencia la crisis apenas meses después que se supiera del desfalco por cerca de 28 mil millones de pesos al Estado por parte de algunos funcionarios. De todos los consultados, sólo un 37% confiaba en el organismo.
Para ello, la policía uniformada anunció el domingo que colocará a disposición a algunos de sus efectivos para que tomen café con la ciudadanía en locales de la cadena estadounidense Starbucks, en un intento de mejorar sus niveles de confianza tras un sonado escándalo de corrupción.
La iniciativa arrancaría la primera semana de octubre y, de acuerdo a la recepción del público, se evaluará si es posible o no ampliarla.
El lugar no fue una idea al azar. Se basaron en una experiencia anterior de la policía estadounidense. La institución norteamericana estaba pasando por una situación similar y decidieron tomar la misma medida para acercarse a la población, también en Starbucks, por medio de una campaña llamada “Coffee with a Cop”.
La cafetería será la encargada de proveer los cafés, detalló el gerente de Marketing de Starbucks Chile, Juan Pablo Riveros. “Nuestro rol concreto en este programa será brindar el mejor lugar para que ocurran estos importantes encuentros. Estamos invitando a la comunidad a dialogar, y eso para nosotros es lo más relevante”.
La medida fue anunciada tras un acuerdo de trabajo entre ambas partes para que los efectivos -una vez al mes- se reúnan con los ciudadanos en cada uno de los 120 locales que existen en el país. “Está en distintas comunas y en algunas regiones, tiene un público transversal”, recalcó el mayor Diego Rojas, jefe de comunicaciones de Carabineros, pese a que la mayoría de las instalaciones se encuentran -principalmente- en las comunas más adineradas de Santiago y se trata de una cafetería transnacional con altos precios para el estándar del mercado chileno.
“Pacolatte”
Las redes sociales no tardaron en festinar con el anuncio. “Las críticas, justamente estaban dentro de lo calculado. Sabíamos que, por el tipo de local y por los lugares donde están dispuestos, iban a ocurrir (…) Lo que ha ocurrido es una cantidad de ‘memes’ increíbles, lo que permite prolongar y multiplicar nuestro mensaje”, explicó Rojas en conversación con el programa Podría Ser Peor de Radio Bío Bío.
De paso, intentó aplacar las críticas. Starbucks “era el que estaba dispuesto, el que tenía más de 100 locales y el que nos permite ampliar (el programa) a otros lugares”, dijo.
“El café es una excusa para poder sentarse a conversar (…) y poder conocer su realidad en primera persona, en una conversación franca”, cuya dinámica ya se lleva a cabo en centros de vecinos, clubes deportivos o hogares de ancianos y menores, aseguró.
“Es ridículo pensar que con un café o un abrazo tu vas a arreglar una imagen, esta es una acción más que nos permite conectarnos para saber cuáles son los problemas de las personas”, añadió.
También se tomó con humor la principal broma que estalló en internet: el “Pacolatte”. El policía a cargo de la iniciativa admitió que “cuando estamos dispuestos a hacer cosas innovadoras es hasta bueno que pasen estas cosas simpáticas, aprendamos a reírnos de estas cosas, como te digo, una de las posibilidades es que nos equivoquemos, pero veamos nuestro error, y si lo hay, cómo podemos hacerlo mejor”.
De Starbucks a “una manta en un parque”
De acuerdo a Carabineros, la idea era generar debate tras el anuncio. Y que lo lograron. “De repente la idea puede ser muy mala, pero tenemos que probarla”, reconoció Rojas.
Por lo mismo, la policía se abre a expandir la propuesta a otros espacios. “De repente hasta una manta en un parque es una buena idea. Pero nuestro primer objetivo, estar conversando de conversar, está cumplido”, insistió el mayor.
“Esto es un primer approach, es soltar la situación y romper el statu quo, que hablemos de este tema habiendo otros más importante en la agenda es bueno para nosotros”.
Codegua: sin Starbucks ni carro policial
La entrevista en el programa radial estuvo marcada por un áspero debate junto a Ana María Silva, alcaldesa de Codegua. Con indignación, acusó que la medida policial es “una burla” considerando que su comuna ni siquiera cuenta con un vehículo institucional.
En su comuna, Carabineros realiza procedimientos en transporte público, en taxi colectivo, a pie o incluso “a dedo”, cuando no cuentan con un auto particular o apoyo del vehículo municipal.
Según Silva, recibieron un vehículo usado desde Peumo. “Nos mandaron uno, duró un día y se echó a perder (…) Se perdieron 28 mil millones de pesos y nos mandan un picante carro que viene a morir (sic)”.
En medio de las acusaciones, el mayor Rojas reconoció que existe un problema con los vehículos en sectores rurales e incluso manifestó estar de acuerdo con la jefa comunal, pero se mantuvo firme en su tesis inicial. “Vuelvo a la importancia de conversar… Puede ser en cualquier lugar”, respondió el oficial.
Pero la jefa comunal prosiguió con las críticas. “No se necesita un Starbucks para que Carabineros sepa los requerimientos de la comunidad. Yo creo que aquí no tienen ni café para darle a la gente”, respondió.
Tras el impasse, Rojas se comprometió a revisar las condiciones del vehículo policial que se encuentra actualmente en Codegua.
“La gente llama a Carabineros y no tienen en qué ir. Es vergonzoso, indignante. Más encima llegan al lugar y los retan porque se demoran“, reclamó la alcaldesa, aunque recalcó que no existen problemas con los funcionarios policiales de su comuna, sólo con la falta de asignación de un vehículo.
Por ello, anta la falta de soluciones, aseguró que están realizando una campaña con empresarios locales para poder comprar un carro.
Pero no se trataría de un caso aislado. Hualañé también estaría pasando por una situación similar víctima de la escasez de recursos.
Mientras tanto, decenas de policías de distinto rango se encuentran formalizados por la justicia y ya han sido dados de baja en medio del megafraude al interior de la institución policial, que detectó el desvío irregular de fondos a cuentas privadas de uniformados y civiles, que se habría iniciado el 2006 y que alcanzaría a los 28.000 millones de pesos (40 millones de dólares).
