La justicia resolvió archivar y dejar sin efecto las medidas cautelares que pesaban sobre el chileno Nicolás Zepeda, sospechoso de asesinar en Francia a la estudiante japonesa Narumi Kurosaki, luego que el país europeo no formalizara su pedido de extradición, confirmó este martes el Poder Judicial.

La resolución, adoptada por el juez Jorge Dahm, dejó “sin efecto la medida cautelar personal de prohibición de salir del país decretada en contra” de Zepeda, luego que la embajada de Francia no enviara el pedido de extradición “dentro del plazo dispuesto” el 3 de febrero de 2017.

La acción judicial, comunicada a las partes el 21 de marzo pasado, en la práctica “archiva y congela” el proceso judicial en Chile en tanto las autoridades francesas no lo reactiven, según confirmó a la Agencia AFP este miércoles una fuente del Poder Judicial.

En marzo del año pasado, el juez de la causa había afirmado que “los antecedentes relativos al hecho punible y la participación (de Zepeda) son bastante precarios”.

Detalles

Zepeda, de 26 años, es sospechoso de la desaparición y supuesto asesinato de la estudiante japonesa Narumi Kurosaki (21) el 4 de diciembre de 2016, tras un encuentro que ambos mantuvieron en una residencia universitaria en la ciudad francesa de Besançon.

Narumi Kurosaki
Narumi Kurosaki

Aunque el cuerpo de la japonesa aún no ha sido localizado, la policía y la justicia francesa están convencidas de que fue asesinada.

A fines de enero de 2017, la justicia del país europeo envió a Chile un pedido de detención preventiva para fines de extradición de Zepeda, el que fue rechazado por el juez Dahm.

En su declaración ante la policía chilena, Zepeda negó también su culpabilidad en el supuesto crimen aunque reconoció que estuvo con Kurosaki la noche en que ésta desapareció.

El caso generó gran impacto tanto en Francia como en Japón.

Vista por última vez el 4 de diciembre de 2016, Kurosaki comenzó a ser buscada por sus amigos y familiares luego de días sin tener contacto con ella. Varios estudiantes que vivían en el mismo piso de su residencia universitaria dijeron que escucharon gritos, el llanto de una mujer y golpes en las puertas la noche en que desapareció.