Parlamentarios de oposición cerraron la puerta a la posible entrada a Chile de cigarrillos que prometen terminar con el humo, luego que la tabacalera Phillip Morris confirmara que evalúa dejar de elaborar cigarros convencionales.

La trasnacional que opera en más de 180 países con marcas como Marlboro, L&M o Phillip Morris, anunció que en un futuro dejará de vender cigarrillos para reemplazarlos por un dispositivo de menor combustión que elimina el humo y las cenizas, y que ya se vende en 40 países.

Sin embargo, su ingreso a Chile no es posible aún, ya que infringe la Ley de Tabaco.

El presidente de la comisión de Salud del Senado, Guido Girardi, afirmó que se trata de un nuevo truco de las tabacaleras que están reconociendo que fumar hace daño, argumento que -a su juicio- podría incluso ser utilizado en tribunales en contra de la propia industria.

El presidente de la comisión de Salud de la Cámara, Juan Luis Castro, dijo que la Ley de Tabaco debería cerrar definitivamente la puerta de entrada a productos como éste y regular el mercado de otros dispositivos conocidos como “cigarrillos electrónicos”, cuya venta es ilegal en Chile.

El exsubsecretario de Salud Pública, Jaime Burrows, afirmó que la evidencia científica no es clara respecto de la supuesta inocuidad que prometen las tabacaleras sobre estos productos y afirmó que para permitir su ingreso se debe modificar tanto la Ley de tabaco, como la de fármacos para el uso de dispositivos.

El mencionado dispositivo es un calentador de tabaco que reduce la combustión del cigarrillo y que es elaborado de manera especial para operar en estos equipos.

Según los fabricantes, evita la emanación de gran parte de los elementos tóxicos, reemplazándolo por vapor de agua, reduciendo hasta en un 95% la emanación de sustancias nocivas. En 2014, la Organización Mundial de la Salud aconsejó a los países mantener sus prohibiciones a este tipo de productos.