Luego de más de un mes de reflexión y por medio de una carta dirigida a la dirigencia de la Democracia Cristiana, el expresidente de la DC, Gutenberg Martínez, oficializó su renuncia “con mucho dolor” a la colectiviad.

El anuncio se da a una semana que la ex canciller y senadora falangista Soledad Alvear tomara la misma determinación.

En la misiva, Martínez afirmó que con pesar “vengo a presentar mi renuncia al Partido Demócrata Cristiano. Cuenten con la seguridad de que no existirá de mi parte ninguna crítica al PDC. Y que seguiré irrestrictamente leal a mi convicción demócrata cristiana”, planteó.

Desde la Democracia Cristiana, la actual presidenta de la colectividad Myriam Verdugo mostró su disconformidad a la decisión del ex dirigente del partido, planteando que si se busca reestructurar a la falange, “las peleas se deben dar desde dentro”.

Según consignó La Tercera, el ahora ex militante de la DC Gutenberg Martínez confirmó que su salida es “para construir algo nuevo”, porque “se está dejando desocupado el campo del centro”.

Ante estas palabras, Verdugo criticó la aspiración de Martínez, ya que para la presidenta de la falange, “más partidos no significa mejorar la política”.

Desde la oposición, el presidente del Senado, el socialista Carlos Montes calificó la situación de la DC como “preocupante”, debido a la serie de renuncias que se han registrado desde fines de 2017 a la fecha.

El candidato a presidir la colectividad, el exdiputado Fuad Chahín planteó que la decisión del exdirigente no se entiende.

El otro postulante a la presidencia de la DC, el exgobernador Humberto Burotto, calificó como “sospechosa” la forma en que los históricos dirigentes -como Soledad Alvear- han abandonado el partido.

Ante la crisis de la Democracia Cristiana, el renunciado Gutenberg Martínez reconoció que años atrás, junto otros compañeros de partidos, diseñaron un plan estratégico para la DC en un plazo de 10 años, estrategia que para el expresidente del partido nunca se implementó, lo que a su juicio demuestra que la peleas por dentro “no llegan a nada”.