Este jueves se podría comenzar a resolver el proceso de elecciones internas en la Democracia Cristiana. La disidencia del partido decidirá si levanta una opción para competir o se une a una mesa directiva de consenso.

Hasta ahora sólo el exdiputado Fuad Chahín es carta clara para dirigir el partido.

Luego de la bajada del senador Francisco Huenchumilla de la carrera, la disidencia se concentró en buscar alternativas, las que esperan analizar durante esta jornada, y que incluye nombres como la senadora Yasna Provoste y la exministra Alejandra Krauss como opciones para presidir la lista.

La otra alternativa es acceder a la invitación que hizo el hasta ahora único candidato seguro, quien propicia una mesa de consenso.

Chahín dijo que la invitación está hecha y que esta posibilidad puede dar gobernabilidad a la colectividad.

Sin embargo, para varios una mesa de consenso no resiste, debido a la gran distancia en temas de fondo que sostienen los distintos sectores de la colectividad.

Es la razón por la que el senador Francisco Huenchumilla recuerda que desechó postularse en la competencia.

El parlamentario reiteró que, antes que la pelea por la dirigencia, la DC debe resolver diferencias profundas.

Dijo ser “un modesto político de provincia que querían llevarme a las alturas allá a dirigir la Democracia Cristiana, y yo soy un disidente en el sentido de que creo que a la DC le hace falta buscar su destino, superar los conflictos internos, tener una mirada del mundo del siglo XXI, ponerse de acuerdo en muchas cosas de fondo, y no simplemente tener una pelea por el control interno del timbre y la campanilla”

La senadora Carolina Goic dijo que la crisis profunda de la DC no la va a solucionar una directiva y que más allá del “pegoteo”, lo que necesita la falange es un proyecto claro.

La medianoche de este viernes vence el plazo de inscripción de listas, y de existir competencia para Chahín, la elección está fijada para el domingo 27 de mayo.

Por ahora, el exdiputado cuenta con el apoyo de uno de los disidentes, el diputado Gabriel Silber.

Aparte del resto de la disidencia, al exparlamentario le queda comprometer apoyos de sectores más moderados, como el del exintendente Claudio Orrego.