Una psicóloga de 35 años, soltera, oriunda de la región de Atacama, decidió adoptar a una niña contagiada con el virus del VIH cuando realizaba un voluntariado en el Hogar Santa Clara ubicado en la región Metropolitana. Algo que para muchos podría parecer lejano o descabellado, para ella se fundamentó en el “amor” y anhelo de ser madre.

En entrevista con Revista Paula, Karla -que mantuvo su apellido en reserva para proteger a la menor- contó que la niña fue abandonada por su madre biológica cuando nació en 2012, una mujer que tenía sifilis, VIH y adicciones, además de otros dos hijos que ya estaban bajo resguardo de hogares de menores.

En ese contexto, la menor fue acogida por el Hogar Santa Clara, donde la profesional ejercía un voluntariado.

Primero, Karla solicitó a las religiosas de la institución ser madrina de la niña -en ese entonces una bebé- por la química que había surgido entre ambas. Ello implicó ciertas responsabilidades: acompañarla, ayudarla y llevarla de visita a su casa. Incluso, algunos días después de su jornada laboral corría hasta el hogar para mudarla, hacerla dormir y darle la comida. Así comenzó una rutina y se generó un lazo.

“Aprendí a ser mamá cuidándola a ella”, dijo a la revista.

El VIH

Por el historial de la madre, las posibilidades de que la menor tuviera VIH eran altas.

Los primeros tests dieron resultados negativos. Sin embargo, el tercer y cuarto exámen arrojaron el diagnóstico: era portadora.

Pese a ello, Karla no dudó en sus sentimientos de adoptarla. “Me encariñé. En un momento tuve la certeza de que quería que fuera mi hija”, sostuvo.

Luego de pasar por las respectivas evaluaciones, se determinó que ella contaba con todas las aptitudes sociales y psicológicas para adoptar un hijo.

Cuestionamientos

La decisión de convertirse en madre de una niña portadora del VIH generó una serie de cuestionamientos en el círculo cercano de la psicóloga.

Entre los comentarios, escuchó uno que le advertía que se estaba poniendo “una soga al cuello”.

Según Revista Paula, a la familia de Karla le preocupó “cómo iba a llevar adelante el proceso de adopción, porque es soltera y se les da prioridad a las parejas”.

Otro obstáculo lo presentó en algún momento la madre biológica: reclamó a la niña ante un tribunal, pero no insistió y volvió a olvidarla.

Entremedio, surgieron trámites burocráticos que en algún momento le hicieron perder la esperanza de legalizar la relación madre-hija entre ella y la pequeña.

“Nadie más la quería porque tenía VIH”

En su condición de soltera, Karla sabía que ella no era prioridad para convertirse en madre según los estatutos del Sename. No obstante, dijo, “me la terminaron entregando porque no hubo nadie más interesado. Estaba en una edad adoptable pero nadie la quiso por el VIH. El virus fue un aliado”.

El 4 de noviembre de 2014 el Tercer Juzgado de Familia de Santiago le otorgó el cuidado personal de la niña. Luego, en mayo de 2015 se realizó la audiencia de adopción, con lo que pudo inscribirla con nuevos apellidos.

“Su pasado e historia quedaron archivados y ella los puede pedir a los 18 años”, dijo Karla.

La hija de la psicóloga actualmente tiene 5 años. “El virus se ha presentado a un nivel indetectable y no hay riesgo de contagio. Puede compartir una cuchara o chupete con sus compañeros del jardín, e incluso si se corta y otra persona toca la sangre, no hay riesgo, porque el virus muere con el oxígeno”, redactó la revista.

Ella no sabe que es portadora de VIH, pero su madre sí le ha explicado que por motivos de salud debe tomar medicamentos. Para evitar discriminación, este antecedente sólo lo sabe la familia.

Por último, Karla señaló que tomó la determinación de contar esta historia para que se remarque “lo que le cuesta a una soltera adoptar, por las burocracias del sistema (…). Que ella tuviera una enfermedad de base a mí me ayudó. Porque de lo contrario jamás me la habrían dado en adopción”.

VIH Sida en Chile: alertan que casos han aumentado un 96%

El 9 de abril, advirtieron un alza en los casos de contagio de VIH en Chile, superior a los de otros países de Latinoamérica e incluso África. Esos datos fueron revelados por el inmunólogo y director del Centro de VIH del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Alejandro Afani.

El especialista afirmó que, de los 2.968 casos registrados en 2010, en los siguientes 7 años se vio un alza del 96% al compararlos con los 5.817 casos de 2017.

Todo esto estaría afectando principalmente al grupo de alto riesgo, que está dentro del rango de los 15 y 25 años.

Afani calificó las cifras como “alarmantes” y aseguró que demuestran que “el VIH Sida está totalmente fuera de control en Chile y que como país hemos tocado fondo”.

Los números, dijo, “apuntan a que hay por lo menos 40 mil personas infectadas que lo desconocen”.