General Lagos (en Arica y Parinacota); Colchane y Camiña (en Tarapacá); Ollagüe y María Elena (en Antofagasta); San Gregorio, Timaukel, Cabo de Hornos y Antártica (en Magallanes). Esas esas nueve comunas, ubicadas en zonas extremas, no se han entregado permisos de construcción desde 2008.

Lo anterior, según el reporte del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), a contramano del boom inmobiliario de comienzos de esta década.

Desde aquellas comunas explican a El Mercurio las diversas razones del fenómeno. “Acá es nada más ni menos que un tema geográfico, es la distancia”, asegura el alcalde de Cabo de Hornos, Patricio Fernández, desde el extremo sur del país.

En tanto, el jefe comunal de Ollagüe, en Antofagasta, sostuvo que el problema es migratorio. “Desde que se fueron las azufreras, se fue todo el mundo”, aseguró Carlos Reygadas.

En su tiempo vivían más de 4 mil personas en el poblado distante a 200 kilómetros de Calama. Pero a partir del 2017 comenzó a resurgir de la mano con la pavimentación de calles, la instalación de alcantarillado y alumbrado público.

“Hay unas 200 familias interesadas en venirse acá”, añadió.

Más al norte, en General Lagos -más conocido como Visviri-, el alcalde Alex Castillo asegura que la situación se debe a que dicha comuna no tiene Dirección de Obras.

Pero buscan enfrentar su baja población (650 personas) potenciando el turismo. “Tenemos un festival a fin de mes, llegan más de mil personas, más de los que viven acá”.

Eso si, también desliza una crítica: “Para una comuna como esta, con la ubicación que tiene, debiera tener más apoyo del Estado”, apuntó.