Paula Walker, periodista, fue durante años una de las asesoras más cercana a Michelle Bachelet. Su trabajo con la exmandataria comenzó durante la campaña que la llevó por primera vez a La Moneda. Desde ahí ejerció como asesora, jefa de prensa y directora de la Secretaría de Comunicaciones (Secom).

En el ambiente político y de la prensa, Walker era conocida como una mujer compleja y controladora. Muchas veces se cuestionó su labor comunicacional cargada al “secretismo”.

Hoy, lejos de las esferas del poder, la periodista dio una entrevista a Revista Paula, donde por primera vez se refirió a su trabajo y reveló la tensa relación que tenía con Rodrigo Peñailillo, exministro del Interior y otrora cercano a Bachelet, que fue alejado del Palacio cuestionado por su manejo cuando estalló el Caso Caval y por boletas emitidas a Soquimich (SQM) que lo involucraban.

Walker detalló que, previo a que se conocieran detalles de los negocios del hijo y nuera de Bachelet, dentro del gobierno estaban concientes de las críticas sociales por la implementación de ciertas reformas.

“(…) La Presidenta sufrió una disminución en su aprobación producto de esa crispación. Entonces, se generó mucha tensión con el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, quien recibía muchas críticas por la capacidad de conducción política del gobierno. Era muy tentador trasladar esa crítica hacia lo comunicacional. Mis conversaciones con él siempre fueron privadas, sin testigos, porque eran muy crudas“, dijo a la revista.

Y añadió una crítica aún más dura: “había en él una incapacidad de aceptar opiniones distintas a las que lideraba y si, además, venían de una mujer. Le costó mucho entender que las reformas, siendo que eran lo que las personas querían, en su ejecución estaban mermando el apoyo presidencial. Había fallas técnicas, pero también podía haber fallas políticas”.

A juicio de Walker, las fallas de Peñailillo radicaban en la forma en cómo levantaba el diálogo “con sus compañeros ministros” y con el Parlamento. En esa línea, acusó que de parte del exsecretario de Estado había cierta “incapacidad de ver ese problema” y que él se negaba a escuchar.

“Yo creo que en un momento se le convirtió en un tema personal. Y lo mío fue siempre de rol. No tengo rollos personales con él. Yo sentía que, como él era el jefe político del gobierno, evidentemente debíamos resolver nuestras diferencias por nuestro compromiso con la Presidenta. Lo llamé muchas veces a reflexionar sobre eso”, señaló.

En una oportunidad aseguró que le dijo: “Rodrigo, tú y yo no podemos estar peleando”.

Según Walker, las asperezas entre ambos no se limaron, hubo gente “que avivó la camorra” y relató que Peñailillo “optó por atrincherarse en el ministerio, entonces me pareció que mi renuncia a la Secom era el paso indicado para no entorpecer la marcha del gobierno”.

La asesora negó las versiones que apuntaban a que ella había filtrado la existencia de una boleta de Peñailillo en Soquimich (SQM), lo que le costó su salida del gabinete sumado a lo ocurrido comunicacionalmente con Caval.

Por último, indicó que nunca más volvieron a hablar y admitió que se trató de una situación compleja para ambos.

“Amiga” y “autocrítica”

Revista Paula le consultó a Walker si, además de la relación laboral, mantenía una de amistad de Bachelet. Ella aseguró que nunca la ha llamado de otra forma que no sea “presidenta”.

“Bachelet demostró tener mucha confianza profesional en mí y siento una gran admiración por ella. Es una persona muy fácil de trabajar. Siempre es como se ve: espontánea, muy simpática, y te deja espacios, confía en que harás bien el trabajo (…)”, dijo.

Sobre las críticas a cómo funcionaba su gestión, y a las acusaciones de ser controladora, ambiciosa y cargada al “secretismo” comunicacional, la periodista se defendió: “(…) Mi papel era trabajar con la Presidenta y, por lo tanto, contar lo que puedo contar, pero no todo. En este oficio hay un viejo dicho que es: mientras más te critican los medios, mejor lo estás haciendo. Significa que nunca usé información del gobierno para lograr un perfil positivo para mí”.

En conversación con la publicación, también se refirió a aquellas quejas que surgieron en su contra por no anticiparse al Caso Caval, pese a que el reportaje de Qué Pasa llevaba meses en proceso de redacción.

Según ella, habló después con el director de la revista. “Él me dijo: ‘no quisimos avisarte, porque sabíamos que si lo hacíamos, iba a ser más difícil avanzar’. El caso fue súper duro para todos. En lo profesional, para los que estábamos en el gobierno porque distrajo, razonablemente, la atención y nos tensionó. Y para Bachelet fue un hecho muy difícil”, recordó.