El cardenal Ricardo Ezzati se refirió este domingo a la visita del papa Francisco, reconociendo que encontrará una iglesia en crisis, aunque aseveró que “es bendición”.

En entrevista con La Tercera, el arzobispo de Santiago reconoció las reacciones encontradas que ha provocado la visita del pontífice a nuestro país, especialmente por los millonarios costos.

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“El Papa no es Dios. Su visita no es una visita de Dios, es una visita del sucesor de Pedro, que nos viene a anunciar la paz de Dios, la paz de Cristo. Pero es una visita que está sujeta a las contingencias humanas y, por consiguiente, hay críticas y aplausos, y eso es normal en toda visita que hace el Papa”, aseguró.

“Puede ser lógico que en un determinado momento la preocupación o la atención se haya centrado, por ejemplo, en lo que cuesta la visita del Papa, para toda la infraestructura necesaria, pero ahora veo la atención de la gente en participar, en asistir, en tener su entrada y en seguirlo”, agregó.

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No obstante, más allá de los costos, Ezzati admitió que el escenario que recibirá al papa Francisco será complejo por los casos de abusos sexuales, especialmente por lo sucedido con Fernando Karadima, sobre quien pesa una condena canónica.

“Yo no niego que parte de la crisis se debe también a una situación concreta que ha vivido en estos años la Iglesia en Chile, con los casos de abusos. Son problemas no de ahora, sino que han aparecido, tienen 20 o 25 años de historia”, señaló.

“Son casos gravísimos, pero hay personas dedicadas de todo corazón al servicio de los más necesitados, con adultos mayores, con pobres, con estudiantes”, justificó.

Por último, y frente a las diferencias entre la visita de Juan Pablo II en 1987 y la situación con que se encontrará Francisco al llegar a Chile, Ezzati destacó el retorno a la democracia.

“Yo creo que, en primer lugar, y gracias a Dios, el Papa va a encontrar un Chile diferente en el ámbito social y político. Estamos viviendo en democracia y la democracia es un regalo muy grande para los pueblos. Cuando vino el Papa Juan Pablo II estábamos viviendo bajo el régimen militar, donde muchas libertades estaban reprimidas”, sentenció.

“El Papa va a encontrar, por consiguiente, una Iglesia que sí está en crisis, pero una crisis que es bendición, una crisis que tiene dimensiones fruto de nuestro pecado, pero también una Iglesia que está en crisis porque la fe desafía al hombre contemporáneo a vivir su opción de fe en este contexto nuevo de nuestra sociedad y cultura”, concluyó Ezzati.