Seguridad ciudadana, reactivación económica y las reformas del actual Gobierno, fueron los temas que marcaron el último debate presidencial con los 8 postulantes a La Moneda, en donde destacó el duro cruce entre Marco Enríquez-Ominami con Alejandro Guillier.

Se trató del último y extenso debate previo a los comicios del 19 de noviembre, que tuvieron los 8 candidatos presidenciales, a través de los canales asociados a la Anatel.

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Salud, educación y crecimiento económico, fueron parte de los temas consultados a los abanderados por los 4 periodistas que guiaron el foro, que no contó con un moderador.

La primera en abrir los fuegos fue la candidata de la Democracia Cristiana, Carolina Goic, quien reafirmó su postura a favor de las concesiones, pero rechazó la administración de los privados.

Alejandro Guillier, por su parte, señaló que está a favor de las concesiones sólo si es un buen negocio para el Estado.

Mientras, la abanderada del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, no quiso abordar ningún escenario de segunda vuelta, pero aseguró que la salud y la educación, además de sus prioridades, son intransables y sin negocio.

En medio del debate, la tensión la puso Marco Enríquez-Ominami, quien emplazó a Guillier por sus supuestos vínculos entre narcotraficantes con su recolección de firmas, asegurando que para él, es una candidatura inhabilitada.

Además, instó al senador a referirse a las declaraciones del diputado radical Fernando Meza, quien dijo que si su padre (Miguel Enríquez) estuviera vivo, le daría un balazo por traidor.

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“No necesita inventarme crimen, porque no soy criminal” respondió Guillier en relación al emplazamiento de Enríquez-Ominami, calificando como una “metida de pata” la declaración del diputado Meza.

El candidato, Eduardo Artés, acusó que la presidenta, Michelle Bachelet, es representante de los intereses del imperialismo, mientras que un tímido Alejandro Navarro dijo que hubiese preferido que el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, siguiera de vacaciones indefinidas.