Al igual que el 2015 y el 2016, este año, la oposición volvió a amenazar con llevar la gratuidad al Tribunal Constitucional, con el objetivo de presionar al Gobierno y negociar mayores beneficios estudiantiles para quienes están en las instituciones privadas, poniendo en riesgo una de las principales políticas impulsadas por la presidenta, Michelle Bachelet.

Sin embargo, la gratuidad está lejos de consolidarse como uno de los legados de la Mandataria, ya que sin la aprobación del proyecto de Educación Superior, este beneficio no quedará consagrado en una ley, sino que seguirá sujeto al vaivén de la discusión presupuestaria, y por lo tanto, al arbitrio del próximo Gobierno.

Pese a esto, la subsecretaria de Educación, Valentina Quiroga, aseguró que el proyecto será aprobado durante este mandato. Optimismo que contrasta con el avance que ha tenido la tramitación en el Comisión de Educación del Senado, que durante las últimas tres semanas no ha sesionado, cumpliendo tres meses la iniciativa en dicha instancia.

El senador socialista e integrante de la Comisión de Educación, Carlos Montes, negó que el proyecto de Educación Superior esté durmiendo en la instancia; pero reconoció que la iniciativa no será aprobada en este Gobierno.

La diputada comunista, Camila Vallejo, en tanto, indicó que se debe salir a defender con todo la gratuidad y acusó a los parlamentarios de la UDI de hacerle la guerra a las universidades del Estado, luego que cuestionaran que algunos de estos planteles no cumplen con los cuatro años de acreditación para recibir el beneficio.

Con la discusión de Presupuesto en proceso y las elecciones presidenciales y de congresistas a la vuelta de la esquina, resulta aún más difícil que la Comisión de Educación del Senado apure el tranco y despache el proyecto de educación superior; toda vez, que la instancia también tendrá que discutir el proyecto de Universidades del Estado, pendiente aún para su votación en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.