En el lugar no hay olores y apenas lo ven llegar un centenar de gallinas lo sale a buscar, con un cacareo que –según su dueño, Pedro Tenorio– refleja la felicidad que tienen.

Y no es para menos, si cambiaron un muy bien cuidado gallinero por una “casa” con vigas de pino, calefacción a leña, luz led, y un innovador sistema para controlar los olores de la orina y el excremento.

El piso de cemento, y las paredes de fierro cubiertas con fibra de vidrio, buscan evitar la humedad. Mientras que el techo cubierto de policarbonato asegura luz natural y un sistema de ventilación.

En 40 metros cuadrados hoy viven 160 gallinas, pero está pensado para cobijar al menos 250. Tenorio quiere criar sólo gallinas felices y defiende su proyecto: “¿Porque son animales tienen que vivir en la mugre? No, las gallinas son como niños, y deben vivir bien, además con la plata que me dan ayudan a pagar su propia casa”, dice orgulloso.

Asegura que en invierno perdía muchos animales por el frío, hoy la calefacción a leña y el nuevo confort que le brinda a sus aves le asegura contar con huevos los 365 días del año.

Indap
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La inversión tuvo un costo cercano a los 4,6 millones de pesos, con un 90% financiado gracias al convenio suscrito entre INDAP y el Gobierno Regional de Magallanes, mientras que la diferencia “sale de la venta de los huevos, es decir, las gallinas”, sostiene Tenorio.

“Hice mucha economía, porque utilicé materiales que tenía guardados desde hace mucho tiempo, con un plano que siempre estuvo en mi cabeza”, explica, mientras hace demostraciones de todos los artefactos que ha incorporado a partir de su experiencia en la crianza de gallinas: creó un modelo de cajoneras para retirar los huevos, un sistema de agua alimentado por la lluvia, y canaletas que rodean el interior de la casa para alimentar a las gallinas.

El ingenio y la perseverancia de Tenorio lo hizo merecedor de un reconocimiento nacional de Indap, el pasado jueves, durante la ExpoMundoRural que se realizó en la ciudad de Santiago.

El propio subdirector de la entidad, Ricardo Vial, lo visitó para constatar en terreno una innovación que puede ser replicada en la zona austral.

“Cerca del 90% de la producción de huevos está en gallinas confinadas, y acá vemos todo lo contrario, gallinas felices, en espacio muy cómodo. Es un lugar maravilloso al punto que uno podría vivir aquí. El bienestar animal hoy día es muy relevante y como Ministerio y Gobierno nos preocupa y estamos apoyando a nuestros agricultores. Producir en Magallanes no es fácil, hay que ganarle a la naturaleza todos los días, y gracias a este proyecto, la gente de Punta Arenas puede comer huevos frescos, del día”, señaló Ricardo Vial.

En el pasado, Pedro Tenorio fue un militar que siempre fantaseó con ser agricultor: “Durante toda mi vida quise hacer algo como esto. Trabajo de noche y día y hoy me siento realizado con lo que hago, soy un agricultor”, aseguró.

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