Una sobrecarga de malnutrición es la que afecta a América Latina, constató un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En simples palabras, un porcentaje importante de la población tiene sobrepeso o sufre de obesidad.

La publicación arrojó que el 7,4% de la población, es decir 2 y medio millones de niños menores de cinco años, sufre sobrepeso u obesidad, y su prevalencia en América Latina y el Caribe supera el promedio mundial.

Julio Berdegué, representante para América Latina de la FAO, afirmó que el exceso de peso y sus enfermedades asociadas, mata a más personas en el mundo que el narcotráfico y que todos los países de la zona han aumentado estos índices.

Chile está entre los 24 países de América Latina y el Caribe con proporciones de población obesa en valores cercanos o superiores al 20%. Esta condición, junto con el sobrepeso, tienen como consecuencias el desarrollo de enfermedades no transmisibles, como diabetes, hipertensión y patologías cardiovasculares, que están entre las principales 10 causas de muerte en la región.

Cambios en los patrones alimentarios, alta disponibilidad de productos ultraprocesados y una disminución de las preparaciones culinarias tradicionales, explicarían, en parte, estas cifras.

Según este estudio, las mujeres son las mas afectadas, puesto que un 32.8% de las mayores de 18 años presenta esa condición.

Desde la FAO explicaron que hay razones biológicas, ya que las mujeres metabolizan de forma distinta que los hombres.

Alejandra Gómez, psicóloga y directora clínica del grupo Goce, señaló que en Chile las mujeres tienden a evadirse con la comida, puesto que socialmente es más aceptado que hacerlo con los mecanismos que utilizan los hombres, como beber alcohol.

Pero también el acceso económico es un factor. El quintil más bajo de la población destina casi 30% del salario mínimo en comida, mientras que el quintil más alto es sólo el 12%.

Por lo tanto, llamaron a las autoridades a avanzar en políticas públicas que logren una canasta saludable más económica para la población de menores ingresos.