La presidenta Michelle Bachelet indicó que “de una vez por todas” se debe entender que no es posible un crecimiento a largo plazo ni verdadero, sin políticas que protejan el medio ambiente.

La declaración la entregó durante el evento organizado por la ONU sobre manejo sustentable de recursos oceánicos, donde aprovechó de subrayar lo que La Moneda ha llamado “el legado” en materia medio ambiental y que costó durante agosto una crisis política que terminó con la salida del equipo económico encabezado por Rodrigo Valdés.

Por esta razón y con tono categórico, la mandataria chilena reiteró que se debe entender que el crecimiento de la economía debe estar alineado con la protección del medio ambiente.

En su discurso, Bachelet sostuvo que “nuestro compromiso con la prosperidad y el bienestar de nuestros ciudadanos no puede disociarse del crecimiento económico”, y agregó que “por lo mismo, debemos aceptar de una vez por todas, que no es posible un crecimiento a largo plazo, ni tampoco un verdadero desarrollo, sin una política activa de protección”.

Asimismo, indicó que “un país con una costa tan larga como la nuestra, no puede ser indiferente al rol del océano y el medio ambiente marino en nuestro progreso hacia un desarrollo sostenible e inclusivo. Por eso, durante mi Gobierno, hemos trabajado activamente para proteger, conservar y utilizar el océano y sus recursos de manera sostenible”.

En esta actividad Michelle Bachelet estuvo acompañada en el edificio de las Naciones Unidas por el ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mana.

La intervención de la Presidenta se dio a horas de su discurso ante la Asamblea Plena de la ONU, la cual estará centrada en resaltar el proceso de reformas que ha llevado adelante durante su mandato.

Escucha el discurso en inglés de Michelle Bachelet relacionado al cuidado de los océanos y el medio ambiente.

A continuación, la traducción de lo expuesto.

Buenos días, damas y caballeros, amigos de los océanos:

Nuestro compromiso con la prosperidad y el bienestar de nuestros ciudadanos no puede disociarse del crecimiento económico. Pero por lo mismo, debemos aceptar, de una vez por todas, que no es posible un crecimiento a largo plazo, ni tampoco un verdadero desarrollo, sin una política activa de protección del medio ambiente.

Un país con una costa tan larga como la nuestra, no puede ser indiferente al rol del océano y el medio ambiente marino en nuestro progreso hacia un desarrollo sostenible e inclusivo. Por eso, durante mi Gobierno, hemos trabajado activamente para proteger, conservar y utilizar el océano y sus recursos de manera sostenible.

La Convención sobre el Derecho del Mar representa el marco jurídico de todas las actividades que tienen lugar en el océano, especialmente las relacionadas con la conservación y el uso sostenible. Este marco nos permite establecer pautas generales para regular diferentes materias relacionadas con el océano.

Sin embargo, no es suficiente. La necesidad de sensibilizar sobre los peligros que afectan al océano hoy en día es un desafío para todos los Estados, las organizaciones internacionales, el sector privado y la sociedad civil. Necesitamos seguir generando acciones concretas para contrarrestar las amenazas que plantea la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, la acidificación de los océanos y la contaminación marina con plásticos.

Así, Chile ha optado por contribuir a la gobernabilidad mundial de los océanos en múltiples niveles. Por ejemplo, hemos participado activamente en la Iniciativa “Nuestro Océano”, acogiendo su segunda versión y asumiendo compromisos, como la adhesión al Acuerdo de Nueva York sobre las Poblaciones de Peces Transzonales y Altamente Migratorios, de 1995. También hemos ampliado nuestros programas de cooperación para incluir la gestión de las zonas costeras.

Además, Chile impulsó, junto con Francia y Mónaco, la Declaración “Por el Océano”, reconociendo la importancia del océano en la implementación del Acuerdo de París, e instando a los países a incluir los esfuerzos de conservación oceánica en el marco de sus políticas climáticas.

En lo que respecta a las AMP –es decir las Áreas Marinas Protegidas– me enorgullece decir que bajo mi Gobierno hemos aumentado en 10 las áreas protegidas; o, si lo prefiere, el tamaño de nuestra zona económica exclusiva protegida ha crecido de 4,3% a 46%.

Actualmente estamos implementando AMP en el Archipiélago Juan Fernández; dos en el sur de Chile, ubicadas en el Cabo de Hornos y Seno Almirantazgo, así como un área protegida marina multifuncional alrededor de la Isla de Pascua, Rapa Nui. Esto último garantizará la protección del mar y sus recursos, al mismo tiempo que permitirá a los pobladores de Rapa Nui seguir pescando con sus métodos tradicionales. De hecho, dos de las líderes femeninas de Rapa Nui están aquí entre nosotros.

Chile volverá a estar presente en la cuarta versión de Our Ocean que se llevará a cabo, por supuesto, en octubre en Malta, así como participamos también en la Conferencia de Alto Nivel sobre el ODS14 de junio pasado.

Hace apenas un par de semanas se realizó en Chile el IV Congreso Internacional de Áreas Marinas (IMPAC 4). Entre los participantes en ese evento, que también están presentes en esta sala hoy, estuvieron los pescadores de las islas Juan Fernández. Ellos han desarrollado un modelo exitoso de pesca sostenible de langosta, que fue reconocido en 2015 con la certificación internacional “Blue Seal” del Marine Stewardship Council (MSC) como la primera pesquera artesanal en América Latina.

Creemos que además de generar mecanismos para proteger el océano, es muy importante generar políticas dirigidas a combatir las diversas amenazas que afectan al océano. Por ejemplo, actualmente estamos implementando la política para prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no regulada.

Ante los nuevos desafíos, seguimos impulsando el fortalecimiento de la gobernanza internacional de los océanos. Una forma de participar activamente es avanzar en el Tercer Acuerdo de Aplicación de la “Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar”, para regular la conservación y la utilización sostenible de la biodiversidad marina más allá de las jurisdicciones nacionales.

Por último, quisiera destacar que estamos trabajando en nuestra primera Política Nacional Oceánica para armonizar y dar coherencia a nuestra gobernanza oceánica, catalizando la acción del Estado, junto con la sociedad civil y el sector privado, todo en relación con el ODS14 y los otros objetivos directamente vinculados a ella.

Si he mencionado lo que Chile ha estado haciendo, no es porque tenga la intención de ser autocomplaciente. Por el contrario, es para demostrar que se puede lograr; y ustedes saben, la necesidad de que los países grandes y ricos hagan lo que crean que es necesario para conservar los océanos.

Nuestro futuro está ligado al océano y como tal, exige nuestra atención y acciones ahora.

Muchas gracias.