Omar Salamé, chileno de origen palestino que viajó para ver a amigos y familiares en la ciudad de Beit Jala, asegura ser un nuevo deportado por los controles fronterizos de Israel, luego de la prohibición de ingreso que en abril pasado sufriera el abogado y director de la Federación Palestina de Chile, Anuar Majluf.

Omar, egresado de derecho de la Universidad Diego Portales, dice que fue sometido a más de 18 horas de interrogatorios y tortura psicológica por parte de los funcionarios israelíes.

“Estuve encerrado e incomunicado en una celda, previo a eso me interrogaron tres veces. En la tercera llegó un hombre muy alto y grande que comenzó a gritarme de manera irrespetuosa e intimidante, preguntándome cuáles eran las razones de mi viaje, si es que era una persona ‘anti Israel’ y si es que apoyaba la campaña BDS. Le respondí a todo mientras moría de miedo y nerviosismo por dentro, pero él seguía gritándome”, relató el chileno afectado.

Salamé cuenta con el apoyo de la Comunidad Palestina de Chile. Su vocera, Nadia Garib, dijo que “no podemos permitir que Israel siga deportando a chilenos con total impunidad y sin ningún tipo de consecuencia en las relaciones bilaterales. Por lo mismo, exigimos acciones concretas de nuestra Cancillería y que se llame a consulta a la embajadora en Tel Aviv lo antes posible”.

Garib explicó que “como Palestina vive bajo ocupación militar israelí no controla frontera alguna, razón por la cual quien desee visitarla debe, obligatoriamente, pasar por control fronterizo israelí”.

En marzo de este año, el parlamento israelí aprobó una enmienda a la Ley de ingreso a Israel que otorga facultades al Ministerio del Interior para negar visas a personas que hayan expresado su opinión favorable a la campaña BDS, a extranjeros que se desempeñan en organismos vinculados al movimiento BDS, o que apoyen públicamente acciones tendientes a favorecer un posible boicot al Estado de Israel.

La campaña BDS es un movimiento pacífico a nivel mundial cuyo principal objetivo es presionar a Israel a través de una campaña de “Boicot, Desinversión y Sanciones”, para que éste ponga fin a la ocupación y respete el Derecho Internacional en Palestina.