Una de los puntos más interesantes en la historia de Agustín Edwards fueron sus nexos con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), ya que fue sindicado años más tarde como el principal agente de la CIA en Chile.

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De esta forma fue que sirvió de apoyo a los Estados Unidos para lograr desestabilizar el Gobierno de Salvador Allende una vez que llegó al poder en 1970.

Eso sí, dichos nexos no los logró de casualidad. Luego del triunfo de la Unidad Popular en noviembre de 1970, Edwards decidió autoexiliarse en norteamérica, lo que fue la confirmación para sus adversarios de los rumores que en ese entonces lo consideraban el gran socio de Estados Unidos.

Según la biografía desclasificada publicada por Victor Herrero, su gran amigo Donald Kendall lo instaló en la vicepresidencia de Pepsi-Cola en USA.

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De ahí en más, revelaciones posteriores comprobaron que ello pavimentó el camino para que sostuviera reuniones con altos directivos de la CIA y la Casa Blanca para evitar la proclamación de Allende por parte del Congreso.

Aunque recién en 2014 se confirmó con seguridad la presencia del propietario de El Mercurio en un encuentro de estas características, donde Edwards se reunió con el director de la CIA Richard Helms, acompañado por su amigo y presidente ejecutivo de Pepsi-Cola, Donald Kendall.

La reunión fue clave en el impulso que se le dio a partir de ese día a la acción desestabilizadora emprendida por el gobierno de Nixon en contra de Allende.

De esta forma, de acuerdo a documentos desclasificados, Agustín Edwards hasta ahora podría ser el único chileno que se sepa se haya reunido con el director de la CIA.

De acuerdo a Ciper, los censores de la CIA intentaron ocultar el nombre de Agustín Edwards a lo largo de la transcripción, refiriéndose a él como “nombre no desclasificado”. Pero en al menos dos partes del documento, los censores no percibieron la referencia a Edwards y su nombre fue reproducido como la fuente de la información.

Si bien el nexo con Estados Unidos no se dio en esos terminos hasta el final de sus días, la relación de Edwards con USA mutó hacia un mero trato protocolar.

Aunque de acuerdo a su polémica biografía, hasta sus últimos días fue invitado y asistió a las celebraciones del 4 de julio que se realizan en la embajada a propósito de la independencia de ese país.

Eso sí, aunque tardías, su actuar tuvo consecuencias. A raíz de las acusaciones sobre su rol en el golpe, el Tribunal de Ética y Disciplina (TRED) Metropolitano del Colegio de Periodistas de Chile lo expulsó de dicha institución el 21 de abril de 2015.