Polémica causó la publicación de la declaración de patrimonio de los parlamentarios, en medio de aclaraciones e imprecisiones en los documentos y por parte de los propios congresistas, que admitieron errores de digitación de los datos.

La nueva Ley de Probidad y Transparencia obligó a los parlamentarios y a diversas autoridades del aparato estatal, a mostrar información que regularmente se mantenía en el ámbito privado o de difícil acceso para el ciudadano común.

Se trata de la declaración de patrimonio donde se deben incluir todos los bienes que posean, como propiedades, vehículos, acciones, ahorros, entre otros; además de sus “pasivos” o deudas, como créditos hipotecarios y/o de consumo.

Pero también, la nueva legislación obliga incluir a los familiares, como la cónyuge, cuando están casados bajo la figura de sociedad conyugal. De lo contrario, en caso de estar bajo el régimen de separación total de bienes, queda exclusivamente a criterio del parlamentario hacer el trámite por un tema de transparencia, surgiendo la opción de hacer “trampa jurídica” traspasando los bienes a la esposa para evitar hacer pública la información.

A la luz de los antecedentes publicados por el portal habilitado por Contraloría, el diputado de Amplitud Pedro Browne ostenta el mayor patrimonio, que llega a los $21 mil millones, incluyendo los bienes de su esposa.

Esta situación se repite en otros casos, como el senador por Antofagasta y candidato presidencial del Partido Radical, Alejandro Guillier, quien en una primera instancia había aparecido entre los parlamentarios con mayor patrimonio debido a que su esposa declaraba terrenos de la Comunidad Ecológica de Peñalolén por unos $4,5 mil millones.

Rápidamente, el periodista salió a aclarar la información, detallando que su cónyuge era dueña del 2,56%, sumando un monto de $57 millones, por la participación en dos propiedades.

Otro de los que salió al paso de la publicación, fue el senador Manuel José Ossandón, que aparece con $3 mil millones gracias a las 57 propiedades que declaró, entre otros bienes. Aunque, el candidato presidencial aclaró que no es dueño de esa cantidad, sino que sólo de un porcentaje.

“No tengo cincuenta y siete casas, ni cincuenta y siete propiedades, porque si fuera dueño de cincuenta y siete propiedades, tendría diez mil millones y no tres mil”, aseguró.

Incluso, el parlamentario aseguró que tomó contacto vía telefónica con el contralor de la República Jorge Bermúdez, debido a que la información es proporcionada precisamente por este organismo, tras su revisión.

Otro de los que debió dar explicaciones, en este caso una equivocación propia, fue el senador UDI Juan Antonio Coloma, quien apareció con una propiedad de $4 mil millones. Según el parlamentario gremialista, ingresó erróneamente el dato, agregando un cero más.

Respaldado con un documento del Servicio de Impuestos Internos, Coloma detalló que dicha propiedad está avaluada en $477 millones. “Hubo un error de digitación probablemente de mi oficina, y la propiedad salió 10 veces más de lo que valía”, señaló.